YA LO DIJO GUERRA: …NI LA MADRE QUE LA PARIÓ
Apenas había obtenido la primera
gran victoria electoral en 1982 cuando el entonces todopoderoso Alfonso Guerra
decía aquello de : “Vamos
a poner a España que no la va a reconocer ni la madre que la parió”.
En principio no di mucho crédito a la fanfarronada de Guerra pero ahora con el paso de de los años pienso
a veces si Alfonso Guerra no sería uno de esos profetas mayores venido de las estrellas como
los bíblicos Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Lo cierto y verdad es que
ahora, cuarenta años después de las primeras elecciones democráticas, a España
no la conoce ni la madre que la parió, o la parieron, Julio César,
Recaredo o Isabel y Fernando, que todos
tuvieron mucho que ver en el parto.
España da comienzo
al Siglo XXI con una
dudosa alianza con las potencias
occidentales en su lucha contra los regímenes totalitarios de Oriente Medio,
que dio lugar según nos quieren hacer ver al atentado de Atocha , que sirvió a
su vez de pasaporte al más estúpido, torpe, incompetente, sectario y vengativo de los
gobernantes socialistas que ha dado a luz esta piel de toro.
A partir de ahí
arranca el decenio más decadente de la España democrática, en el que la clase
política saquea y aniquila las Cajas de Ahorro poniendo en grave riesgo la
estabilidad del sistema bancario español y carga sobre los contribuyentes la
ruina creada. Los Gobiernos zapateriles
no reconocen el cambio de ciclo y las
alegrías de los años de vacas gordas se disipan. La Arcadia feliz del piso para
todos y del despilfarro generalizado, de la chupa de cuero del albañil venido a
más y de BMW de alta gama desaparecen como por arte de magia y su lugar viene a
ser ocupado por el paro, la hipoteca impagada y el desahucio. Zapatero no lo ve
y sigue soñando con las nubes y la conjunción astral que le predican sus
pitonisas.
La gente empieza a
mosquearse primero y a cabrearse después. El 15 de Mayo de 2011 comienza el
movimiento de los indignados y su acampada en la Puerta del Sol. Unos con razón
y otros sin ella, frikis, okupas, anticapitalistas, antisistemas y gente normal acuciada por los problemas,
todos reclaman por un cambio en la forma de gobernar en un sistema que se diferencia del despotismo ilustrado en que
predica “poco para el pueblo y además sin el pueblo”.
Renace el odio
entre los herederos de los que murieron en un lado o en otro en la guerra
civil. Un odio fomentado por la Ley de Memoria Histórica de Zapatero que tira
por tierra los principios de la transición y de las amnistías generales. Vuelve
el odio a los pueblos y a las familias, se reabren viejas heridas y en el mar
revuelto de crisis, odios, pérdida de prestigio del sistema y desesperación de
muchos, surge una forma nueva de hacer política que pregona a los cuatro
vientos lo que la gente quiere oír aún a sabiendas de que se la está engañando.
Una nueva forma de hacer política en la que de nuevo el odio es el banderín de
enganche. Odio al sistema -régimen del 78 le llaman-, odio al capital, odio a
quienes triunfan en la vida, odio a la religión cristiana, odio a todo lo que
sobresale de su nivel de mediocridad, odio a España y a las Instituciones, odio
y solo odio.
Los resultados de
las penúltimas y últimas elecciones vienen a castigar a los dos Partidos
tradicionalmente mayoritarios, desprestigiados por sus numerosos casos de corrupción; el PSOE con
más de trescientos imputados y dos ex presidentes procesados y el PP casi en igualdad de condiciones que el
anterior. Surgen salva patrias en el PSOE, Ciudadanos y Podemos, la extrema
izquierda consigue gobernar los municipios más importantes gracias a la deriva
hacia el precipicio del salvador socialista, que renacido de sus cenizas
pretende emular a su antecesor Zapatero en inutilidad, sectarismo, odio y
venganza.
El circo mediático
de los recién llegados, frívolos, mediocres y T&T (tonto con título)
podemitas, ocupa cada día más espacio en
los medios, sobre todo en los acostumbrados a vender basura y en los que no lo
estaban pero aprenden rápido. La
Compañía de Títeres “Podemos” vive de eso y para eso, el espectáculo y la
gloria personal de sus dirigentes. Poco les importa el pueblo, en cuyo nombre
claman justicia y al que aborrecen y desprecian. La sesión circense de estos
días, en la Comunidad de Madrid y en el Congreso son una muestra más de lo que
dan de sí, lo cual podría tomarse a chunga si no fuera porque tienen –tenían-
detrás cinco millones de votos.
El fin de semana
nos espera otra sesión circense en la que Pedro Sánchez hará limpieza general, igual
que su adorado enemigo Pablo Iglesias hizo en Vistalegre. El PSOE saldrá de su
39 Congreso Federal convertido en fotocopia de Podemos, con un caudillo rodeado
de una guardia pretoriana de incondicionales y una tropa manejable de la que se
echará mano según convenga. Un proyecto político calcado en gran parte y una
idea común, la de compartir litera con la única disputa de quién dormirá arriba o
abajo.
Esta es la España
de las Ana Gabriel y los Rufián.
¿Alguien la reconoce?.
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