AVE CÉSAR, LA PLEBE TE SALUDA
¡Ave Caesar, plebis vos salutat!. Ave César, la plebe saluda al nuevo
socialismo; el viejo socialismo se atrinchera y calla. Las instituciones que
gobernaron, Congreso Federal, Comité Federal y
Comisión Ejecutiva Federal en el viejo Psoe de la República no sirven en
este nuevo Psoe del Imperio, en el que el nuevo César hace del Comité Federal
su guardia pretoriana y de la plebe su Senado.
Pedro I “El Breve” podría convertirse por obra y gracia de su
tesón, soberbia y narcisismo en Pedro II “El Cruel”, segundo, porque la
historia de España ya dio uno anterior, seis siglos y medio antes, Rey de
Castilla, cuya relación entre ambos se limitaría a que el segundo trata de
conquistar la fortaleza sevillana que construyera el primero, con el
consiguiente desalojo de la sultana que en otros tiempos le protegió.
Más de lo mismo, la misma actitud prepotente, el mismo
discurso, eslóganes, etiquetas, frases hechas, las mismas bravuconadas y sobre
todo la misma obsesión, ocupar la Moncloa, que debe quitarle el sueño y para lo
que, consciente de que por la vía de las urnas lo va a tener muy difícil, va a
intentar poner de acuerdo a tirios y
troyanos para desalojar de su palacio de ensueño a quién a su juicio lo está
llenando de inmundicias.
Tras la imagen complaciente de quién se siente ungido por
designio divino a través de la plebe, se aprecian en su rostro las mandíbulas
apretadas que claman venganza para quienes le abandonaron y más aún para los
que le traicionaron. Lo que está por venir ya se presiente, sumisión y
venganza. El nuevo César ha dejado inhabilitadas las estructuras intermedias de
poder entre la cúpula y las bases. No es que hayan desaparecido sino que al
colocar en ellas a sus fieles seguidores, no cabe esperar más actividad, poder
o control que el que emana del César, porque Pedro Sánchez se ha concedido a sí
mismo el título que la telebasura otorga a Belén Esteban, pero en masculino.
Pero cuidado, que no es oro todo lo que reluce. En votos
recogidos en las primarias tiene tantos a favor como la suma de los que tiene
en contra, a los que hay que sumar el 20% de abstención, muchos de los cuales
tampoco estarían con él. También hay que tener en cuenta que después de la criba previa en la elección de
delegados para el 39º Congreso tan solo obtuvo un 70% de adhesiones, menos que
en 2013 y menos que sus antecesores. Consciente de estos números y de que los votos
que pueda restar a Podemos siempre serán muy inferiores a los que va a perder
por el centro, concentra todo su empeño en derrotar a Rajoy fuera de las urnas,
aliándose con el mismo diablo si es preciso, sin más principios ni miramientos.
El nuevo César ya está en campaña para la conquista de todas
las naciones de su delirio y de las que le resultaron díscolas, Valencia,
Aragón, Castilla La Mancha, Andalucía, ¿País Vasco, Extremadura?, para
unificarlas bajo su corona de laurel. La lectura positiva de esta campaña va a
ser que con motivo de la reconquista de Andalucía, se podría dar rienda suelta a los jueces, que
hasta ahora sufren un tipo de letargo invernal a pesar de las calores y a lo
mejor se destapa todo lo que queda por destapar y se abren de una vez las
puertas de las cárceles para acomodar en ellas a tanto sinvergüenza como llena
la cueva de Alí Babá de San Telmo y aledaños
También, quién sabe Dios, el nuevo César nos libra del
“Rector provinciae” que campa a sus anchas por Toledo. Ante tanto honor,
poderoso César, nos descubriríamos. Al final y aunque no sea para tirar
cohetes, habrá que decir aquello de que “no hay mal que por bien no venga”.
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