PÓNGANSE DE ACUERDO
“Pónganse de acuerdo o váyanse”, clama Isabel San Sebastián en su
artículo de ABC de ayer jueves. Se ha unido a la corriente de los que acusan a
Rajoy de haber sido el que ha roto la baraja y le instan a ceder “por el bien
de España” a un gobierno de Sanchez, el que negó la palabra a Rajoy y al
PP, que habían ganado las elecciones, “por el bien de España”.
Felipe González, que en Diciembre defendía un gobierno del PP con
abstención del PSOE y criticó la negativa de Sánchez a hablar con el PP, ahora
se vuelve la chaqueta y pide al ofendido que olvide la ofensa y se ponga al
servicio del ofensor.
La extinta Esperanza Aguirre, que es de las que prefieren quedarse
tuertas con tal de ver al enemigo ciego, también pretende que su enemigo
Rajoy se eche a un lado y permita gobernar a Sánchez repitiendo el gesto que
ella mismo hizo ofreciendo la alcaldía a Carmona con tal de que no gobernara
Carmena.
Albert Rivera también pretende que Rajoy se eche a un lado y se abstenga
para dejar gobernar en solitario al PSOE, con el que no quiere ir en coalición
y es que Rivera, que el 20-D se quedó en nada, apenas en un suspiro, ahora por
el arte de birli birloque de una escena de celos entre PSOE y Podemos, se ha
convertido en reina por un día y pretende hacer de hombre bueno intentando
atraer al PP al utópico corral, mientras no cesa de decir que no iría a
ningún sitio con el partido de la corrupción. A ver, se me aclaren.
A Felipe González habría que decirle que ¿por qué Rajoy debe permitir
gobernar a Sánchez con 90 escaños cuando Sánchez no quiso ni hablar con Rajoy a
pesar de haberle sobrepasado en 33 escaños? ¿por qué la derecha tiene que
sacrificar su programa y sus éxitos de la pasada legislatura solo por
satisfacer el narcisismo de un memo, al que le sonó la flauta por casualidad y
en su ambición desmedida pretende confundir un estrepitoso fracaso con un éxito
indiscutible.
A Esperanza Aguirre hay que hacerle ver que empieza a chochear y aunque
pocos dudan de su capacidad son muchos los que critican su oportunismo. Los
madrileños no tienen por qué estar a expensas de sus caprichos y sus vaivenes.
Ya fue Ministra de Educación y Ciencia, Presidenta del Senado, Presidenta de la
Comunidad de Madrid y Presidenta del PP madrileño. Dejó voluntariamente la
Presidencia de la Comunidad y cuando parecía que ya se retiraba aparece
buscando la alcaldía de Madrid, como si este título fuera el premio que le
permitiera clausurar con todos los honores su dilatada vida política.
A Albert Rivera hay que recordarle que su Partido y el de Rosa Díez
tienen recorridos similares y que cuando las barbas de tu vecino…, o sea
que se detenga un poco a ver qué ha pasado con UPyD porque él va por el
mismo camino. Se está dejando engañar por Sánchez a sabiendas de que con él o
sin él la investidura es imposible y las elecciones seguras. El tiempo juega a
su favor y en contra del PP y en ello está, haciendo toda la leña que puede del
árbol caído, sin caer en la cuenta de que Rajoy y el PP pueden equilibrar la
balanza entre sus éxitos económicos y sus fracasos políticos mientras que él no
puede cargar en los platillos nada más que sueños y fantasías, es decir, humo.
A Pedro Sánchez habrá que decirle que se va a purgar con su misma
medicina. A Sánchez le va a pasar como al escracheado Ballesteros con el efecto
búmeran. Él no quiso ni oír hablar de Rajoy y ahora Rajoy le devuelve la
pelota. No es lo mismo llamar que salir a abrir. Pedro Sánchez no quiso salir a
abrir y ahora está llamando, o mejor dicho, encargando a otros que llamen; ¿qué
puede esperar?. El PP puede perder votos por la abstención y por Ciudadanos. El
PSOE tiene tres vías de escape de votos, abstención, Ciudadanos y Podemos.
Sánchez lo sabe y en vez de tirar la toalla y decirle al Rey que iba de farol,
piensa ya en las próximas elecciones y en asegurarse ser él de nuevo el
candidato, cosa que no es difícil porque desde Al Ándalus prefieren esperar a
que caiga por su peso la fruta madura. Sánchez está intentando salvar la
cara porque con Podemos no puede ir y con Ciudadanos no puede gobernar pero tampoco
quiere abandonar la poltrona.
Dice Alfonso Guerra que unas nuevas elecciones saldrán más baratas para
España que un gobierno de coalición con Podemos. Es posible, como también lo es
que tras las elecciones habrá un gobierno de coalición, en el que no estará
Podemos y en el que no se puede ahora asegurar quién lo va a presidir. Rajoy de
momento hace bien en defender su gestión en estos cuatro años y que los
electores han aprobado por mayoría. Lo que digan de nuevo los electores el 26
de Junio es una incógnita pero merece la pena correr el riesgo. Ceder ahora
supone desautorizarse a sí mismo y a siete millones y medio de españoles.
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