viernes, 19 de febrero de 2016

PÓNGANSE DE ACUERDO


PÓNGANSE DE ACUERDO

“Pónganse de acuerdo o váyanse”, clama Isabel San Sebastián en su artículo de ABC de ayer jueves. Se ha unido a la corriente de los que acusan a Rajoy de haber sido el que ha roto la baraja y le instan a ceder “por el bien de España” a un gobierno de  Sanchez, el que negó la palabra a Rajoy y al PP, que habían ganado las elecciones, “por el bien de España”.

Felipe González, que en Diciembre defendía un gobierno del PP con abstención del PSOE y criticó la negativa de Sánchez a hablar con el PP, ahora se vuelve la chaqueta y pide al ofendido que olvide la ofensa y se ponga al servicio del ofensor.

La extinta Esperanza Aguirre, que  es de las que prefieren quedarse tuertas con tal de ver al enemigo ciego,  también pretende que su enemigo Rajoy se eche a un lado y permita gobernar a Sánchez repitiendo el gesto que ella mismo hizo ofreciendo la alcaldía a Carmona con tal de que no gobernara Carmena.

Albert Rivera también pretende que Rajoy se eche a un lado y se abstenga para dejar gobernar en solitario al PSOE, con el que no quiere ir en coalición y es que Rivera, que el 20-D se quedó en nada, apenas en un suspiro, ahora por el arte de birli birloque de una escena de celos entre PSOE y Podemos, se ha convertido en reina por un día y pretende hacer de hombre bueno intentando atraer al PP  al utópico corral, mientras no cesa de decir que no iría a ningún sitio con el partido de la corrupción. A ver, se me aclaren.

A Felipe González habría que decirle que ¿por qué Rajoy debe permitir gobernar a Sánchez con 90 escaños cuando Sánchez no quiso ni hablar con Rajoy a pesar de haberle sobrepasado en 33 escaños? ¿por qué la derecha tiene que sacrificar su programa y sus éxitos de la pasada legislatura solo por satisfacer el narcisismo de un memo, al que le sonó la flauta por casualidad y en su ambición desmedida pretende confundir un estrepitoso fracaso con un éxito indiscutible.

A Esperanza Aguirre hay que hacerle ver que empieza a chochear y aunque pocos dudan de su capacidad son muchos los que critican su oportunismo. Los madrileños no tienen por qué estar a expensas de sus caprichos y sus vaivenes. Ya fue Ministra de Educación y Ciencia, Presidenta del Senado, Presidenta de la Comunidad de Madrid y Presidenta del PP madrileño. Dejó voluntariamente la Presidencia de la Comunidad  y cuando parecía que ya se retiraba aparece buscando la alcaldía de Madrid, como si este título fuera el premio que  le permitiera clausurar con todos los honores su dilatada vida política.

A Albert Rivera hay que recordarle que su Partido y el de Rosa Díez tienen recorridos similares y que cuando  las barbas de tu vecino…, o sea que se detenga un poco a ver qué ha pasado con UPyD  porque él va por el mismo camino. Se está dejando engañar por Sánchez a sabiendas de que con él o sin él la investidura es imposible y las elecciones seguras. El tiempo juega a su favor y en contra del PP y en ello está, haciendo toda la leña que puede del árbol caído, sin caer en la cuenta de que Rajoy y el PP pueden equilibrar la balanza entre sus éxitos económicos y sus fracasos políticos mientras que él no puede cargar en los platillos nada más que sueños y fantasías, es decir, humo.

A Pedro Sánchez habrá que decirle que se va a purgar con su misma medicina. A Sánchez le va a pasar como al escracheado Ballesteros con el efecto búmeran. Él no quiso ni oír hablar de Rajoy y ahora Rajoy le devuelve la pelota. No es lo mismo llamar que salir a abrir. Pedro Sánchez no quiso salir a abrir y ahora está llamando, o mejor dicho, encargando a otros que llamen;  ¿qué puede esperar?. El PP puede perder votos por la abstención y por Ciudadanos. El PSOE tiene tres vías de escape de votos, abstención, Ciudadanos y Podemos. Sánchez lo sabe y en vez de tirar la toalla y decirle al Rey que iba de farol, piensa ya en las próximas elecciones y en asegurarse ser él de nuevo el candidato, cosa que no es difícil porque desde Al Ándalus prefieren esperar a que caiga por su peso  la fruta madura. Sánchez está intentando salvar la cara porque con Podemos no puede ir y con Ciudadanos no puede gobernar pero  tampoco quiere abandonar la poltrona.

Dice Alfonso Guerra que unas nuevas elecciones saldrán más baratas para España que un gobierno de coalición con Podemos. Es posible, como también lo es que tras las elecciones habrá un gobierno de coalición, en el que no estará Podemos y en el que no se puede ahora asegurar quién lo va a presidir. Rajoy de momento hace bien en defender su gestión en estos cuatro años y que los electores han aprobado por mayoría. Lo que digan de nuevo los electores el 26 de Junio es una incógnita pero merece la pena correr el riesgo. Ceder ahora supone desautorizarse a sí mismo y a siete millones y medio de españoles.


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