LA FARSA DE LA INVESTIDURA
Publicaba
Emilio Campmany en Libertad Digital un artículo: “El doble farol de
Pedro Sánchez” que no tiene desperdicio y que viene a destapar la doble jugada
o maniobra de Sánchez para llegar a la Moncloa con el apoyo de Podemos sin que
nadie se lo pueda reprochar. Innumerables concesiones a Rivera a sabiendas de
que el experimento no saldrá adelante y, como éste va a ser incapaz de
convencer a Rajoy para abstenerse, ya tiene Sánchez la justificación de que lo
ha intentado todo y no le queda más remedio que negociar con Podemos.
Es posible que el presagio de
Campmany se cumpla. Si repasamos así por encima lo que ha ido ocurriendo
después de conocer los resultados del 20 D, todo conduce a que Sánchez está
maniobrando para llegar como sea a la Moncloa, sin importarle ir dejando muertos
por el camino porque a eso ya está acostumbrado y es su especialidad.
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En la noche del 20-D Pedro Sánchez analiza sus
desastrosos resultados pero se le enciende la bombilla al ver los de Rajoy, que
tampoco son para tirar cohetes. No sé si sale de él o se lo apuntan pero ya esa noche pretende
aparecer como el dueño de la llave que abre Moncloa.
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Rajoy le llama y Sánchez le dice no, no y no. Ni
contigo ni sin ti. Ni PP ni Bildu en una vergonzosa comparación de un partido
de etarras con el partido constitucional
que mejores resultados electorales ha
tenido
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A partir de ese momento, Sánchez sueña con un gobierno de izquierdas presidido
por él con el apoyo de Podemos y los independentistas. De Ciudadanos ni se
molesta.
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Rajoy le dice al Rey que como no tiene asegurada
la mayoría ante la negativa al diálogo del PSOE, no se presenta a la
investidura. En el PSOE cogen un cabreo
de órdago porque Sánchez tenía ganas de pillar a Rajoy en una encerrona en la
sesión de investidura.
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En la segunda ronda de conversaciones Sánchez le
dice al Rey que él si puede formar gobierno. El Rey en un memorable ejercicio
de candidez se lo cree y lo propone. El mismo día que Sánchez es propuesto por
el Rey, sale Pablo Iglesias haciéndole el gobierno y pidiendo el oro y el moro,
Vicepresidencia, Interior, Exteriores, Hacienda etc.
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En el PSOE vuelven a cabrearse y el Comité Federal
se le cruza en el camino y le dice a Sánchez que de ir con los independentistas
nada de nada. Sánchez busca la forma de torear al Comité Federal proponiendo
una consulta a las bases, que suman en
total 180.000 afiliados y antepone la opinión de esos 180.000 a la de los cinco millones y pico que les
votaron.
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Pablo Iglesias sigue echando huevos de Sánchez y
sube el nivel de exigencias al ver las ganas del otro por llegar a la Moncloa. Pide el BOE, el CNI, RTVE,
Interior, Defensa, Exteriores y Hacienda y además un Ministerio de Plurinacionalidad,
aparte de la Vicepresidencia, es decir, un gobierno de Podemos presidido por el
PSOE.
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Sánchez ve que va a ser muy difícil –a pesar de
las ganas- l doblegarse a Podemos y
busca otra estrategia, pactar con Ciudadanos para provocar los celos de
Iglesias.
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Se reúne con Ciudadanos y al mismo tiempo acude
a la convocatoria de negociaciones promovida por Alberto Garzón –que se ve
futuro Ministro- con Podemos y dos grupos
minoritarios, IU y Compromís.
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Llega a un ridículo pacto con Ciudadanos
cediendo en asuntos que no podrán ejecutar aún en el caso de poder gobernar.
Venden al acuerdo a los cuatro vientos y empiezan a culpar a PP y Podemos de
ser los que van a impedir un gobierno de progreso.
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Mientras tanto chupan cámara a tope en todas las
cadenas televisivas y en el resto de medios y quitan protagonismo al mediático
Iglesias; no tanto a Rajoy que ya de por
sí tenía menos y en todo caso más
centrada en la corrupción..
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Simultáneamente comienza una campaña de desprestigio contra el PP debido a casos de corrupción que
llevan tiempo dormidos pero que se resucitan ahora. El Ministro de Interior se
da cuenta de que es una confabulación de la izquierda con los jueces, los
fiscales y los medios de comunicación.
En los medios apenas se habla de los ERE ni de otros casos en plena actualidad
que afecten al PSOE, CIU y otros, solo de los casos del PP.
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Albert Rivera busca desesperadamente a Rajoy
para que se abstenga en la investidura y ante la negativa de Rajoy empieza a afearle el hecho de que no lo haga y culparle
de ser el responsable del fracaso.
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Pedro Sánchez sabe que ni en primera ni en
segunda sesión va a ser investido y pone
en marcha la segunda jugada que consiste en traicionar a Rivera y buscar a
Podemos para intentarlo de nuevo con ellos.
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Previamente ha organizado la consulta a sus
bases con una pregunta tan ambigua que no pueden decirle que no pero no saben a qué dicen que sí.
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A la firma del acuerdo con Ciudadanos, Podemos
se retira de la mesa de negociaciones, en una maniobra prevista, que consiste en simular un ataque de celos
para no sentirse en la obligación de votar a favor o abstenerse en la
investidura.
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A continuación vuelven a postularse como posibles socios de gobierno, pero una vez
pasado el día 5 en el que Sánchez no saldrá investido
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Albert Rivera verá decepcionado como ha sido un
juguete para Sánchez aunque parte de la culpa es suya por meterse en camisas de
once varas solo por hacer disminuir las posibilidades electorales del PP
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Sánchez negociará con Podemos y antes del 2 de
Mayo habrá investidura. Para ello se
bajará los pantalones todo lo que pueda y tendremos un gobierno de Podemos
presidido por Sánchez.
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Si aún así Iglesias y Sánchez no lograran
compartir cama, el primero irá a elecciones, que es lo que quería desde el
principio y el segundo encabezará de nuevo la lista, que es lo que también
quería desde el principio si le fallaba el primer intento.
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Podemos formaría parte y sería personaje capital en esta farsa. Si hay
gobierno será “su gobierno” y si hay elecciones serán “sus elecciones”.
Yo no creo que la retirada de
Podemos sea algo definitivo, más cuando ellos mismos ya están dando a entender
que volverían a negociar pasado el fracaso de investidura, que es lo que
Sánchez podría igualmente pretender. Solo hay una diferencia respecto a las
ofertas anteriores y es la debilidad de Sánchez tras haber fracasado en su
intento, lo que situaría a Podemos en una situación favorable para ejercer más
presión sobre el PSOE. El PSOE tendría dos opciones, asumir la bajada de
pantalones de Sánchez o ir a nuevas elecciones. El que no tiene opción alguna
antes del 26 de Junio es Rajoy y después ya veremos, todo depende de que el
voto prestado a Ciudadanos se vea decepcionado por el escoramiento de Rivera
hacia la izquierda y las ovejas descarriadas vuelvan al redil. El fracaso de
Sánchez nunca se va a traducir en una abstención ante un posible gobierno de
Rajoy. Sánchez va a muerte, al todo o nada. Ojalá sea a lo segundo.
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