lunes, 26 de diciembre de 2011

POR FIN

Por fin, menos mal, ya era hora, gracias a Dios, el más inútil de cuantos españoles han ejercido labores de gobierno se va a contemplar, junto a su vicepresidenta, las poco amenazadoras nubes de ese depósito de celebridades que es el Consejo de Estado.

Por fin, menos mal, ya era hora, gracias a Dios, con él se van también toda esa sarta de gilipolleces y ocurrencias que han caracterizado su mandato.

Y por fin, menos mal, ya es hora y gracias a Dios:

Dejaremos de estar señalados los que no utilizamos el argot de la progresía de ciudadanos y ciudadanas o miembros y miembras, aquel que solía utilizar una secretaria del foro de participación ciudadana cuando decía: “Los y las miembras aquí reunidos y reunidas …”, con la aquiescencia de su superior, todo un profesional de la enseñanza.

Olvidaremos la regla matemática de la división por dos y volveremos a ser gobernados por los que realmente estén capacitados para ello, sean todo hombres o todo mujeres, que en ello está la verdadera igualdad.

Aparcaremos la asignatura de “Educación para la Ciudadanía”, que no es otra cosa que una mala copia de la “Formación del Espíritu Nacional” del franquismo y poso subyacente de la esencia dictatorial y totalitaria de la izquierda.

Recordaremos el fatídico año 1936 como aquel en que los españoles de la época no fueron capaces de razonar y entenderse. Como algo que nunca debió ocurrir y que hoy no debemos añorar y menos recrear para volver a dividirnos. La memoria histórica pasará a ser la asignatura que nos enseñe cómo aprender de nuestros errores para no volver a caer en ellos.

Volveremos a creer en la familia como célula básica de la sociedad. Tener hijos ya no será símbolo de la decadencia burguesa y dejaremos de ridiculizar o despreciar a las que paren y de aplaudir a las que abortan.

Veremos a los homosexuales como miembros de la sociedad que siempre hubo y siempre habrá, huyendo de toda discriminación pero también de todo excesivo protagonismo y especial e injustificada atención. Conseguiremos que el concepto de matrimonio no sea aplicable a la unión entre personas del mismo sexo y menos aún la adopción, lo cual no impide que su unión en pareja sea regulada legalmente como las demás.

La mayoría de edad deberá condicionar indispensablemente determinadas situaciones como la del aborto. La ocurrencia de permitir abortar libremente o adquirir del mismo modo la píldora abortiva del día de antes, del mientras y del después a quienes al mismo tiempo se prohíbe tomar una cerveza en lugar público por razón de la edad, es sencillamente un despropósito y una locura.

Seguramente asistiremos a un proceso de regeneración política donde no quepa el mangoneo y donde las personas hagan incursiones temporales en ella, sin considerarlo como profesión o medio de vida. Seguramente también se impondrá el sentido común entre nuestros políticos y hasta podrán entenderse en el Senado hablando la lengua oficial de España, el castellano, sin necesidad de traductores.

Olvidaremos esa recreación de la Escuela de Traductores de Toledo en forma de Alianza de Civilizaciones, que como idea no deja de ser una sandez y más aún cuando los gastos corren por nuestra cuenta. Ya hace siglos que nos entendemos con los moros, los judíos, los indios o los chinos sin necesidad de pagar por ello, salvo lo que les compramos.

Asistiremos al resurgir del arte en toda su amplitud, premiando la creatividad y la imaginación y relegando a la farándula subvencionada a seguir rascándose las cejas en el almacén de la alfombra roja.

Aún en la dificultad, sentiremos alivio al vernos gobernados por personas competentes, experimentadas y profundamente conocedoras de la sociedad y de los problemas que la acucian, lejos de aquellos cuya única ocupación conocida fue la de servir al partido y a sus líderes.

Por fin y aunque el túnel se nos haga largo, veremos la luz.

Paco del Hoyo, http://pacodelhoyo.blogspot.com/
Publicado en El Pueblo de Albacete 26/12/11

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