MEIN KAMPF
Puestos a plagiar, que parece ser uno de los deportes
favoritos del doctor Sánchez, debería haber copiado el título a Adolf Hitler,
Mein Kampf (Mi Lucha), de forma que lo
que se ha quedado en un menesteroso manual para trepas y principiantes hubiera
podido venderse como un tratado de ciencia política y lucha por el
poder, de obligada adquisición para militantes y progres en general, aunque la
vacuidad del texto siguiera siendo la misma. Seguramente la presidenta consorte
le ha leído antes de dormir el capítulo
VIII de Mein Kampf “El fuerte es más fuerte cuando está solo” y el doctor
plagiador se ha venido arriba y ha querido dejar constancia de su fortaleza,
tesón y audacia en un texto de obligado estudio en la Facultad de Políticas de Pablo Iglesias.
No es extraño que el doctor Sánchez haya inaugurado su
presidencia haciendo limpieza, al fin y al cabo es lo que hace cada señora
cuando cambia de casa. En España y en política lo primero es limpiar cuando se
llega de nuevo a un sitio y en el caso del doctor, su oráculo le habría
aconsejado deshacerse de todo lo que
oliera al desahuciado Rajoy, el colchón lo primero para evitar tener pesadillas
por la noche. En política digo, lo primero es limpiar, ventilar, sacudir las
alfombras, vaciar los cajones y clarear
los desvanes, sea quien fuere el anterior inquilino y el partido a quien
sirviese, porque nadie hasta ahora en la política española se ha marchado sin
dejar montones de basura. Claro que hay formas y prioridades a la hora de hacer
limpieza. Lo del colchón podría ser necesario pero no como para contarlo como
hazaña bélica del nuevo inquilino (los colchones se renuevan de oficio cuando
hay cambio de inquilino) y hablando de limpiezas, nada más paleto, aldeano y
surrealista que la realizada en la plaza
de Amer, el pueblo que sueña con canonizar a su hijo predilecto, Puigdemont,
para lo cual y en un ataque de odio,
xenofobia y fascismo ha desinfectado su plaza con legía para borrar todo
vestigio de la visita de Arrimadas.
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España cambia de colchón |
A Sánchez le ha pasado lo que Maquiavelo describe en el
capítulo VII de El Príncipe “De los principados nuevos que se adquieren con
armas y fortunas ajenas”, donde viene a decir que “estos príncipes no se mantienen
más que por la voluntad y la fortuna de quienes los elevaron y no saben ni
pueden conservar aquella dignidad: no saben porque a menos de ser hombres de
genio y valor, no es presumible que conozcan el arte de mandar…; no pueden
porque carecen de fuerzas que puedan serles amigas y fieles”.
Cuando los que lo elevaron a la presidencia vieron que la
vaca ya no daba más leche y cada día estaba
más flaca, optaron por vender la vaca dejando al “príncipe” con el culo
al aire para escarnio de enemigos y de falsos e interesados amigos. Ahora el
doctor piensa en la venganza porque no entiende cómo a “ÉL” se le ha podido causar
tal quebranto, porque contrariamente a la verdad, el doctor Sánchez está
convencido de que el apoyo de podemitas, etarras e independentistas a su candidatura
era por “ÉL” y no por echar a Rajoy, como igualmente no entiende las
reticencias de algunos barones del partido a su política de “diálogo”.
Dadas sus cualidades camaleónicas, el doctor Sánchez se baja
al centro (el centro es humanamente lo mejor) sin dejar de hacer guiños a la
plebe más siniestra, propios y podemitas, con la momia de Franco y manteniendo
esperanzas en los golpistas de un posible indulto, traspaso de competencias en
vigilancia penitenciaria o referéndum de autodeterminación.
Al tiempo pone a temblar a sus críticos Page, Lambán y Cía. a
los que avisa con el ejemplo de la purga de Barreda y Soraya Rodríguez, porque Dios los
ampare si el doctor gana las elecciones (previsible aunque de gobierno
improbable) y los otros no consiguen mantenerse; Aragón, Castilla-La Mancha y
Andalucía serán las taifas a conquistar por el “emir de Tetuán”.
El doctor plagiador Sánchez sería feliz en un régimen
presidencialista, Francia o EEUU por ejemplo, donde nadie pudiera ensombrecer
su ego. De hecho su colocación en el
besamanos del Palacio Real o los comentarios como “entre amiguetes” que
hace del Rey en su manualillo de púber sin destetar, muestran su obsesión por
colocarse por lo menos a la par del monarca y no por debajo.
El último capítulo del Manual de Resistencia, el “Mein Kampf” del sanchismo, escrito por Irene
Lozano para mayor gloria del doctor “cum fraude” Pedro Sánchez, se titulará: “De cómo en 8 meses conseguí 80.000
pavos de por vida rascándome los cataplines o 100.000 en el Consejo de Estado
haciendo lo mismo”. Ya lo cantaba hasta Maduro: “España es la mejor …”, chin
pun.
1 comentario:
La página tan compartida en las redes en la que Sánchez cuenta cómo se dio a conocer recuerda mucho a "Mein Kampf". Buscando por la red para ver si solo a mi me ha parecido eso he encontrado este blog.
Saludos.
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