LOS PENSIONISTAS BUSCAN SU ESPACIO
Con el
bipartidismo y el Pacto de Toledo los gobiernos hacían equilibrios y los
pensionistas cobraban su pensión sin una preocupación que les llevara más allá
de lamentarse de la cortedad de la misma. Los años de la crisis fueron
terribles para muchos pensionistas que tuvieron que dar cobijo a familiares en
precario. La gran suerte fue que la inflación fue muy baja, incluso negativa y
los precios se mantuvieron con algún repunte temporal.
El colapso
del sistema que ha permitido la estabilidad política y desarrollo económico
durante décadas, propiciado por sí mismo
con los escándalos de corrupción en los dos partidos alternativos y la dependencia creada de los partidos
periféricos nacionalistas o independentistas, ha dado lugar al nacimiento de
las corrientes populistas, a derecha y a izquierda, con nuevas formaciones
políticas que van a dificultar en el futuro acuerdos de Estado tan necesarios
como es el de las pensiones.
Podemos se
lanzó a la conquista de los pensionistas, no porque tuvieran el menor interés
por ellos, que les importan un carajo, sino porque se trata de un colectivo
fácil de manejar, engañar y utilizar como arma arrojadiza contra el sistema. La
Coordinadora estatal para la defensa del
sistema público de pensiones COESPE,
con más de doscientas células, plataformas, mareas o movimientos, es dirigida
por personajes relacionados con Podemos, el comunismo más rancio o el activismo
antisistema, tales como Victoria Portas, Leopoldo Pelayo Prudenci Vidal, Ovisio
Bustillo o Lázaro Sola entre otros y ya son miles los incautos que se han
dejado manejar por estos salvapatrias cuyo fin es utilizar todos los medios a
su alcance para desestabilizar el sistema y crear “un orden nuevo que dure mil
años” como los fallidos regímenes nazi y comunista.
Como
contrapartida a esta Coordinadora que
manejan cuatro espabilados –habría que ver sus ingresos y rentas- nacen dos
partidos con vocación de extenderse por España y capitalizar, al igual que la
anterior, el codiciado voto del pensionista. Tercera Edad en Acción, presidida por el alicantino Carlos Rico
MIRA –distíngase del podemita Carlos Rico- es registrado como Partido Político
en la Dirección General de Política Interior el 21 de Mayo y definido por su
presidente “…más
como un proyecto sociológico que como una formación de corte ideológico”.
«Viene la generación de jubilados y mayores mejor preparada que ha habido en
todos los tiempos en España. Esto no es ideología». Tiene su sede en Alicante y
afirma tener extendidas sus redes por diez CCAA. Pretende, según su presidente “acabar
«con las dos Españas y crear una tercera España del siglo XXI, con gente que ha
militado en otros partidos o no. Lo que queremos es sumar experiencias y no nos
interesa nada la fragmentación de la sociedad».
Más
recientemente, el 29 de Septiembre es registrado como Partido Político el Partido de los Jubilados y Pensionistas de
España PJPE, con sede en
Valencia y proyección igualmente nacional. Presidido por José García Martínez,
nace con la vocación de defender exclusivamente el asunto de las pensiones y
espera llegar a acuerdos programáticos con otros movimientos presentes en la
Coordinadora antes citada. De momento, dos consignas marcan su acta de
nacimiento, eliminar el pago de IRPF para los pensionistas y eliminar también
las pensiones vitalicias de políticos.
Parece ser
que la veda se la levantado para los partidos monotemáticos. Es muy goloso el
montante de votos que aporta la tercera edad y por ello era extraño que no se
hubieran lanzado anteriormente iniciativas capaces de implantarse
territorialmente. Ahora tras las maniobras populistas de Podemos y las que
veremos en Ciudadanos, se desatará una guerra por “apadrinar” estos nuevos
partidos y fagocitarlos de forma que pueda conducirse al voto útil el
despilfarro de votos en decenas de formaciones afines y sin posibilidades de
conseguir resultados que las hagan presentes
y significativas.
Podemos ha
maniobrado con los pensionistas para restar votos al PP en la creencia de que
una gran parte de ellos votan a la derecha. En el PSOE se frotan las manos
pensando que los suyos están fidelizados. Error de unos y de otros, porque al
menos en estas generaciones de jubilados es grande la carencia intelectual que
les permite discernir sobre lo que es posible o lo que es utópico.
Si de verdad
importara a los políticos el asunto de las pensiones y tuvieran que ganarse las
suyas como cualquier hijo de vecino, considerarían este asunto como de “Estado con carácter de urgencia”; reactivarían
el Pacto de Toledo –que Podemos y Sánchez detestan porque les impide utilizar
las pensiones como arma electoral- y buscarían entre todos elaborar un sistema
justo, estable y alejado de las malas tentaciones políticas. Con Gobiernos
“bonitos” de hoy blanco, mañana negro y pasado mañana gris, con los enemigos de
España cogobernando con ellos y con una oposición de centro derecha mirándose
el ombligo es de suponer que estos movimientos incipientes puedan tener
posibilidades de consolidarse. PP y PSOE deberían hacérselo mirar.
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