LA YIHAD DE LA IZQUIERDA CAVERNÍCOLA
“Arderéis como en el 36”. La izquierda más extrema
vuelve a la carga y, como siempre, centrando sus odios en la comunidad
cristiana, mayoría indiscutible en la sociedad española, bien por lo fácil que
resulta hacer burla de sus signos, sus símbolos y sus celebraciones, como por
lo barato que sale hacerlo, ya que la Justicia mira hacia otro lado y los
cristianos siguen siendo fieles a la doctrina de poner la otra mejilla. Es
curioso que toda esta chusma que este año ha vuelto a las andadas en los
carnavales canarios, no tengan el arrojo de criticar o hacer mofa de la
comunidad islámica y de sus símbolos o textos sagrados. La diferencia es que ir
contra el Islam suele costar el cuello mientras que contra los cristianos no
solo no hay venganza sino que además la justicia se pone vergonzosamente de
perfil.
Frente al odio de la minoría radical, antisistema,
comunista, populista y demás familia, la
mayoría de la sociedad valora la labor de la Iglesia Católica y así lo
demuestra el aumento en 55.841 de declaraciones en las que se marca la X a
favor de la Iglesia en 2016, ascendiendo a un total de 7.347.612 declaraciones
con asignación a la Iglesia, que corresponden según estimación a un colectivo
de 9 millones de contribuyentes. El porcentaje de declaraciones a favor de la
Iglesia suponen ya el 34,93 y en los diez años transcurridos desde el comienzo
del sistema de asignación tributaria, las declaraciones con la Iglesia como
beneficiaria han aumentado en 864.000.
Hace poco más de un año escribía en mi blog esto que
transcribo, que no ha perdido un ápice de actualidad y que se centra en la
fobia de la extrema izquierda representada por Iglesias y Garzón contra todo lo
que se oponga, limite o desautorice su concepto totalitario del gobierno del
pueblo, bien sea religión, prensa o cualquier otro poder fáctico:
“A
diferencia de sus abuelos de la República, los podemitas con el apoyo de IU y
el resto de la extrema izquierda han optado por no quemar conventos ni imágenes y han elaborado un plan diabólico,
que puede confundir a mucha gente y cuyo fin último es borrar de la sociedad
cualquier huella de las creencias y costumbres religiosas tradicionales.
La
extrema izquierda podemita y sus
compañeros de viaje solo aceptan el
poder emanado de su propia doctrina totalitaria. No quieren a su lado ningún
poder fáctico que pueda distorsionar sus planes, por eso la Iglesia siempre ha
sido el enemigo a batir, por la convicción de sus miembros y por la estructura
monolítica y jerárquica de la misma. Los
podemitas se han lanzado a destruir los sentimientos y manipular las conciencias
hasta conseguir un modelo de sociedad espiritualmente vacía que la convierta en
sumisa y manejable.
La
Iglesia actual, la de los pobres, la de Cáritas y un montón de ONG, la de los comedores sociales, la de los
hospitales en zonas de alto riesgo, la que vive pensando en el tercer mundo que
la sociedad occidental ayudó a crear, esa Iglesia entra en contradicción con la
demagogia de la sociedad podemita, criada entre sedas, alimentada con manjares
y formada en la universidad y que utiliza a los pobres como materia prima para
sus experimentos populistas y totalitarios.
“Con
la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”, decía Don Quijote. ¿De qué vais pobres
mortales que de paso estáis?, digo yo. Desde Nerón hasta Diocleciano pasando
por emperadores nacidos en estas tierras
como Trajano y en menor grado Adriano, la persecución de
los cristianos fue sistemática, hasta
que el mismo imperio sucumbió ante ellos de manos de Constantino. La revolución
francesa volvió a intentarlo sin éxito. El comunismo de principios del pasado
siglo volvió a la carga, prohibió las religiones, destruyó templos y masacró a los creyentes;
sus correligionarios en España hicieron igual en la tercera década del mismo y más recientemente los fundamentalistas
musulmanes anclados en la Edad media regresan a la guerra santa contra los
infieles cristianos; pero como escribía el apologista romano Tertuliano en su
obra “Apología”: "Nos hacemos más numerosos, cuando nos segáis: la sangre
es semilla de cristianos".
“… Y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. Si no pudo Diocleciano en el S
IV ni Stalin en el S XX, no vais a poder vosotros, secta de deshechos. “
El
artículo 16 de la Constitución garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y el Código
Penal en su artículos 524 y 525 castiga
con penas de multa la profanación: «que
en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas, ejecutare actos
de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados».
O “"para ofender los sentimientos
de los miembros de una confesión religiosa hagan públicamente escarnio de sus
dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen
a quienes los profesen o practiquen".
No parece que a los
gobernantes y a los jueces preocupe demasiado esta moda implantada por la
extrema izquierda que se pasa por el arco del triunfo los derechos humanos y
ante esa actitud, no sé hasta qué punto los cristianos debemos seguir
ofreciendo la otra mejilla o por el contrario debemos tomar cartas en el asunto
y defender por nuestra cuenta aquello que el Estado pregona pero no cumple.
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