DON QUIJOTE Y SISANTE
Es mucha la gente que se pregunta por qué no se llegó Don Quijote hasta Sisante, habiendo estado tan cerca y siendo éste lugar tan meritorio. Al final, un grupo de estudiosos sisanteños decidieron que la mejor manera de investigar era preguntando directamente al autor, pero ¿cómo?. Habida cuenta de que éste falleció el 23 de Abril de 1.616, lo más oportuno era realizar una sesión de espiritismo y convocar al alma de Don Miguel de Cervantes para interrogarle.
-... Queremos saber, príncipe de los ingenios, a qué razón se debió que estando Don Quijote a escasas cuatro leguas de este lugar encantado que es Sisante, no diera en visitarlo y descubrir sus misterios.
-Tranquila deberíais dejar mi alma, que no debiera yo contar de mi personaje más allá de lo que entonces dije dél.
-Tranquila ha de quedar si nos lo aclaráis; que de haber sido más generoso con Sisante, ahora estaríais en un pedestal en la Placeta, frente a Turégano y ellos dos y sus dos bestias en cada una de las entradas del pueblo.
-Cabezones sois, que de vecindad os viene. Es tal la que habéis liado con los lugares, que si llego a saberlo a tiempo bien pudiera haber pedido prestados los nombres de los pueblos a Marco Polo, que seguro que de sus viajes los recordaría por cientos.
Pasé por vuestra Venta cuando recaudador de Su Majestad, y tan agraviado y apesadumbrado me sentí , que a poco que pude influir en la voluntad de mi personaje, fue suficiente para hacerle variar la ruta. Esto que de seguida os relato fue lo que pasó entre amo y escudero.:
No recuerdo Sancho, amigo, haber llegado hasta ese lugar que dicen llamar Sisante.
- No, mi señor, y a fe de las maravillas que cuentan dél no sabe vuesa merced lo que nos perdemos, que oído tengo que las perdices, de tantas como son, oscurecen el sol cuando vuelan; y los conejos, mi señor, cada ababol tiene uno por inquilino; y de capones, tantos hay que las zorras se tumban plácidamente en los corrales y esperan que algún incauto vaya a picar en sus fauces.
- Por qué se empeña vuesa merced en seguir viaje hasta esa ermita, que allí no más que hay agua y algún sacristán más en trance de pedir socorro que de dar misericordia. Vayamos mi señor hasta Sisante que solo cuatro leguas nos separan y dicen que en la venta que llaman de la Sisa, hay fuentes que manan vino y mujeres placenteras con pechos tales que cuántas vacas los quisieran para sus ubres. Clérigos hay, mi señor, que de hacer la caridad están en los puros huesos, no como en esta Villa de Santo, que de tan gordos, hasta los marranos les tienen ojeriza.
- Allí, mi señor, con la andorga llena bien puede vuesa merced acometer la más difícil empresa, amparar doncellas y consolar viudas, o conquistar ínsulas, que en vuesa merced todo es prometer, pero por este humilde servidor no se le ve la punta.
- No debieras Sancho, amigo, hacer de tu estómago la sala principal de la morada del Todopoderoso. Más bien, haz de tu corazón y tu cerebro hogar de la penitencia: que al igual que yo he de premiar tu fidelidad , el Altísimo lo hará porque eres humilde y generoso.
- Vayamos pues, amigo Sancho, camino del Norte y no del Saliente, que allí en la ermita, junto al río he de encontrar el sosiego que mi espíritu reclama, y ya verás, Sancho, como oír la lectura de los sabios , orar con los frates y refrescar tu cuerpo con el agua cristalina del río, hará que olvides ese pequeño paraíso al que te aferras y descubras una nueva existencia, en donde el queso y el vino desees solo en la medida de permitir mantener tu cuerpo como soporte de tu alma.
- ... No, si digo yo que mi señor, tanto cuando se pasa como cuando no llega, siempre la acaba emprendiendo contra el estómago, y el mío más penitencia no permite. Anda que, y lo del río, para que me muerda algún cangrejo en semejante parte; pues será que hay pocos, no te jode ...
Y así fue como Caballero y Escudero, estando a las afueras de San Clemente se toparon con tres indicadores que señalaban el camino de La Alberca y Santa María de Rus al Poniente, Vala de Rey y Sisante al Saliente y Rus y El Cañavate hacia el Norte , y esta última ruta, la del Norte, fue la que al final tomaron. Ellos se lo perdieron.
