martes, 31 de diciembre de 2019

UVAS "EN FUNCIONES"






UVAS “EN FUNCIONES”

2019 pasará a la historia entre otras muchas cosas como el año “en funciones”. Un año con tres Presidentes, tres personas distintas en un engreído dios menor, el Sánchez derrotado por los mismos que le llevaron a Moncloa, el Sánchez dos veces candidato vendedor de humo y prometedor de milongas y el Sánchez en funciones, adueñado del refrán aquel de “donde dije digo…” sin que le entre el menor sonrojo. Ah, y no sabemos si su ministra nos hará diferencia entre el Sánchez de a pie y el Sánchez de las alturas.

El año de VOX y de Podemos, uno ascendente, otro descendente, con la diferencia de que en el caso de Podemos nació por el cabreo ciudadano ante una situación económicamente crítica, que una vez superada  “muerto el perro se acabó la rabia”, a no ser que con este gobierno que se avecina la rabia vuelva a aparecer y en ese caso Pablo Iglesias montará otro “podemos” para luchar contra sí  mismo pero echando la culpa a Sánchez. 

En VOX sonó la flauta por casualidad y subiéndose al tren que pasaba por la Diagonal con un billete pagado oportunamente por Sánchez, llegó al Congreso  horrorizando al rojerío patrio y al no patrio, pero llegó siendo la tercera fuerza más votada y además con futuro. Digo con futuro  porque los males que combatía Podemos en su inicio eran males pasajeros y una vez superados la extrema izquierda volvería a su status anterior de poco más del  millón de votos, mientras que VOX nace como adalid del nacionalismo español defensor de la Constitución y la Monarquía Constitucional frente al secesionismo catalán y vasco y el republicanismo federalista del nuevo PSOE sanchista y el PSC de Iceta, de manera que los males contra los que lucha VOX no se van a curar en plazo corto y la gente está harta de la “blandura” del PP, que grandes milagros ha de obrar para reconducir la situación y unir a la derecha en un proyecto único.

Es también el año de Ciudadanos y sobre todo de Rivera, aquel que “fue a por lana y salió trasquilado”, dilapidando en cuatro días una carrera política que le hubiera convertido en Vicepresidente de un Gobierno fiable aplaudido por casi todos, pero  sus malos pasos le condenaron al ostracismo llevándose por delante casi toda la cosecha de años anteriores.

Lo que parece ser cierto es que a la España del S. XXI no la conoce ni la madre que la parió en el S. XX y es que la Constitución ha envejecido. No la reformaron PP y PSOE cuando pudieron y ahora es poco menos que imposible si no es tirando al desmembramiento que se afianza en Cataluña y País Vasco y prende ya en territorios y ciudades. 

El PSOE que conocimos ya no existe. El actual es más manejable, más aborregado, menos intelectual y  bastante más inculto. Es un partido reformado a los intereses del caudillo Sánchez para el que el compromiso histórico o la palabra dada no tienen sentido. Un partido al servicio del caudillo y de la permanencia del mismo. El que fuera una china en el zapato del viejo partido es ahora el zapato, pero con chinas como granos de arena, Page, Lambán y los históricos, que no solo no molestan sino que hasta da gusto pisarlas.

Hemos estado sometidos a un programa de provisionalidad donde Montoro es el único “superviviente” a falta de otras cuentas. Sometidos también a la inoperancia de esa colección de horrorosas cariacontecidas ministras, y ministros voladores, volátiles o “sin nombre”. Hemos asistido al mayor ejercicio de ninguneo y desprestigio de la Corona por parte del rompedor de espejos monclovita y hemos comprobado como la mentira  es una nueva forma de hacer política. Nos dijo Sánchez que Iglesias le quitaba el sueño y ahora van a dormir juntos. Nos dijo también que a los independentistas ni agua y ahora un preso condenado por sedición marca los tiempos y el contenido de la política a seguir. Se presumió de la imparcialidad de la justicia mientras se le ponían palos en la rueda hasta el punto de que es la vergüenza de la UE un Estado en el que se  pretende formar Gobierno con los condenados por sedición por su mismo Tribunal Supremo.
Visto lo visto no es extraño que ahora todo el mundo trate de poner el pie en el estribo e iniciar la marcha por su cuenta al estilo de la espantada de la Primer República. Navarra quiere dejar de ser Navarra para ser vasca, las Baleares quieren ser catalanas, en Valencia prende también la  moda identitaria, León está hasta el gorro de Valladolid, Almería hasta “los mismos” de Sevilla, los Araneses no son Catalonya, “Teruel existe”, “Soria, ya”, “Cuenca también existe” faltaría más y hasta El Bonillo es una nación. El iluminado de Iceta, del que algunos piensan que es un forúnculo en el culo del PSOE dice que en España hay ocho naciones y se queda tan fresco, a Sánchez le salen tres o cuatro, bueno, una más ahora según los socialistas leoneses. 

En fin, que entre Sánchez, Iglesias, el preso Junqueras y el prófugo Puigdemont, con la ayuda de nuestros enemigos vikingos, celtas, francos, sajones y demás bárbaros que dominan la UE, España dejará de ser España para convertirse en la federación ibérica de reinos de taifas. ¿Y esto tiene solución?, ¿y en caso de tenerla quién la aplicará?. Vamos a pensar que los españoles, o sea nosotros mismos, pero qué va, si nos hemos vuelto cómodos, pasotas, apáticos, despreocupados, nos importa un carajo si la clase política nos toma el pelo, no vemos más allá de nuestra linde, no hacemos causa común con nada. ¿Entonces quién, el Rey?, ya quisiera él poner orden en este desbarajuste pero el Rey está maniatado por el Gobierno y Sánchez se encarga a diario de que esto continúe y con el nuevo Gobierno no cabe esperar otra cosa sino una campaña de acoso y desprestigio  a la Corona. Queda otra opción, las Fuerzas Armadas, de las que el Artículo 8º de la Constitución dice: “ Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.” ¿Pero a instancias de quién, quién les encarga tal misión, qué habrían que hacer y cómo?. No hay respuestas. 

Este Gobierno frentepopulista que se avecina pronto comenzará a calificar a la derecha como la “derecha constitucional monárquica” frente a la “izquierda democrática” y no tardará mucho en eliminar lo de constitucional y dejarla solo en “derecha monárquica” para justificar el añadido de la “izquierda democrática republicana”. Con ello regresamos a 1931 y vuelta a empezar. Cuatro lunáticos y un pueblo adormecido y aborregado que llevarán a España a repetir lo peor de su historia del Siglo XX.

Feliz año 2020 a todos los que han tenido la paciencia de llegar leyendo hasta aquí y a todos los españoles que aún creen en España y sueñan con encontrar pacíficas soluciones frente a la ignominia de la traición que se avecina.


 

miércoles, 11 de diciembre de 2019

TIEMPOS REVUELTOS





TIEMPOS REVUELTOS

Visto el desmadre en que se ha convertido la política española y el desgobierno que corroe los cimientos de nuestra joven democracia, cabe pensar o bien que no hemos aprendido nada del pasado o que no hemos sido capaces de transmitir a las nuevas generaciones la generosidad con que se dieron los pasos que consolidaron “el régimen del 78”, como gusta decir a la ultraizquierda.

Hace unos días que hemos celebrado el 41º aniversario de la Constitución y comprobado desgraciadamente como “los representantes” de una cuarta parte de los españoles están por la labor de reformarla conforme a los intereses secesionistas o bien hacerla caer para cambiar el modelo de Estado.

Las Constituciones que rigen en los países democráticos no sol algo de quita y pon ni algo perdurable eternamente por sí mismas. La evolución de la sociedad obliga a una continua adaptación en todos los ordenes de la vida y como no en los cambios necesarios para actualizar nuestras normas de convivencia. La Constitución de 1978 es la octava de cuántas, impuestas u otorgadas, han regido nuestros destinos y solo ha sido superada en vigor por la de 1876 que tuvo una larga vida de 47 años.

Sin duda la Constitución de 1978 ha envejecido en muchos aspectos y puede ser necesaria su actualización pero siempre considerando como trascendental e insustituible el Artículo 2: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. y haciendo cumplir lo que establece el Artículo 6 que se refiere a los Partidos Políticos: “Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”.
El espectáculo bochornoso y grosero mostrado el día de la constitución de las Cortes por unos representantes   políticos que hicieron gala de desprecio y desacato a la norma fundamental,  con juramentos o promesas rayando en el esperpento: “por imperativo legal”, “por los presos”, “por la República”, “por el mundo mundial”, “por la capa de ozono”, “por la vida del gorrino de San Antón” y otras excentricidades más, nos llevan a la conclusión de que la política española se ha banalizado hasta extremos muy peligrosos; que la representación política de los españoles nunca tuvo un nivel tan degradado y que visto el mismo solo cabe esperar lamentables decisiones que acarrearán desastrosos acontecimientos.

No se trata de ser pesimista y dar todo por perdido, pero algo han hecho mal tantos años de bipartidismo para que hoy el espectro político esté tan dividido hasta el punto de hacer ingobernable la Nación. Buena culpa de ello la tiene la Ley Electoral, llena de injusticias y desigualdades, que concede pingües beneficios a quienes solo compiten en unas pocas circunscripciones, coincidentes lamentablemente con las provincias levantiscas y sediciosas y al considerar la circunscripción provincial sin tener en cuenta la población, lo que nos lleva a la injusta situación de que  “Teruel existe” gana un escaño con 19.696 votos mientras la media de Madrid es de 96.000 votos para conseguir un escaño y lo grave de todo ello es que el Congreso no es una cámara territorial que representa a las provincias sino al conjunto de los electores.

Sí puede uno caer en el peor de los pesimismos cuando se observa que el candidato a formar Gobierno se incline no a derecha o izquierda como sería lo normal sino que cometa la felonía de intentar formarlo con partidos culpables de sedición cuyas cúpulas están condenadas a duras penas de prisión por haber intentado romper el Estado.  Poner en peligro  la Constitución y al mismo Estado firmando alianzas con los  enemigos declarados de España y uniéndose a ellos  no tiene otro calificativo que el de traición.


 

miércoles, 27 de noviembre de 2019

EL CARTERO Y LA NAVIDAD




EL CARTERO  Y LA NAVIDAD


Es Tanta la indigestión que tengo de esta podrida política que hoy y coincidiendo con que en las ciudades y pueblos ya huele a Navidad, voy a recordar a uno de los personajes típicos de la misma,  al margen de los belenes, el cartero.


Recuerdo mis primeros años en Correos en los que cuando llegaba la Navidad se suspendían los permisos y en las salas de distribución nos volvíamos locos  llenando de cartas cientos de montones y  cajetines de la “mesa general”.  En aquellos tiempos todo el mundo felicitaba a todo el mundo y por correo postal. Se vendían miles de cajas  con tarjetas de Unicef y hasta había quien se  las confeccionaba con motivos personales o quienes las imprimían con mensajes institucionales. Cuando la carta entraba por la “boca de león” de los buzones, un ejército de subalternos y auxiliares las recogían, clasificaban, ensacaban y llevaban a la estación para entregarlas a los “trenes postales” que recorrían España cada noche o a las conducciones de los pueblos que utilizaban los autobuses de línea, todo hasta llegar a su penúltimo destinatario, el cartero.


El cartero urbano o rural embarriaba y colocaba en tal o cual número de la calle la carta del Banco (pocas), la felicitación navideña, la ansiada carta del novio en la mili, la sentida del pésame y alguna que otra (muy pocas) con carácter publicitario. De paso, había comprado unas tarjetitas en las que figuraba un cartero con la valija al hombro y una sonrisa de oreja a oreja y un texto al pie de la misma que decía “El Cartero les desea Felices Pascuas” o “El Cartero les desea Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo”, estas tarjetas que  se entregaban junto a las cartas esperando la  correspondiente propina. Por cierto que esto de las tarjetillas proliferó tanto que en los previos a Navidad había tal desfile de pedidores, el barrendero, el portero, el sereno, el de la leche, el del periódico, el del butano, el dependiente de la tienda de ultramarinos,  el novio de la hija de la  modista, el empleado del gas  etc. etc. que al final acabó con la generosidad de la gente y dio al traste con esa productiva y antigua costumbre.

La llegada del cartero era casi siempre motivo de alegría. Las malas noticias siempre llegaban antes que la carta. La carta se esperaba con ansiedad, la del novio en la mili, la de los hijos en las ciudades o emigrados, la de los parientes que se fueron del pueblo, todo lo bueno se comunicaba por carta y también parte de lo malo, aunque para eso estaban los telegramas y con ellos los repartidores de Telégrafos cuya visita anunciaba casi siempre mal fario.


Avanzando el tiempo , Telefónica colocó un teléfono en cada casa y allí donde no fue posible instaló un locutorio, dando paso con ello a que la noticia, la felicitación, el pésame o el mensaje ganaron en rapidez y ahorraba sobre todo del esfuerzo de redactar las cartas, aquellas cartas que encabezaban el texto con esta frase: “Queridos padres / queridos hermanos / queridos primos / querida Tere,  etc. espero que al recibo de la presente os encontréis bien, yo bien, gracias a Dios”. Solo los novios mantuvieron  la tradición epistolar sobre todo porque esas conferencias telefónicas desde los locutorios rurales permitían pocas libertades a la hora de expresar los sentimientos y “los deseos”.


En pocos años  hemos avanzado tanto que todas estas cosas que vivimos en nuestra niñez o juventud nos parecen haber ocurrido antes del diluvio universal.  Hubo un tiempo en el que la correspondencia epistolar dejó paso  a la proveniente del Banco, la Compañía del agua o del gas o de la luz o de las empresas publicitarias. Hoy ya ni eso.  Para comunicarnos utilizamos el móvil, el correo electrónico, las cuentas bancarias, los recibos de luz y de agua, todo lo que hoy movemos pasa a través del “celular”. Con frecuencia vemos rebosar nuestros buzones, pero casi siempre con publicidad y entre medias de cuando en cuando una carta.


El cartero que antes era visita deseada se ha convertido en estos tiempos en visita temerosa o preocupante. Cada vez que el cartero llama a mi puerta me santiguo. ¿Qué me traerá esta vez? Y lo normal, una carta de Hacienda, una multa de tráfico, una notificación del Ayuntamiento o del Organismo  de Gestión Tributaria, una carta de la S. Social diciéndote que te ha subido la pensión 1,20 céntimos y las peores de todas, las notificaciones judiciales, esas que imperativamente te emplazan  en fecha y hora para ser informado “de un asunto de sumo interés para Vd”, pero sin especificar qué clase de asunto,  por lo que al más honrado de los humanos se le eriza el vello y no duerme hasta el día de la cita.  Y Por cierto, viene al caso comentar que el lenguaje utilizado por la Justicia para comunicar tal o cual cosa a los ciudadanos debería ser más claro, conciso y comedido, vamos que deberían bajar de la nube en que se hallan y descender al nivel del pueblo para decirles  y explicarles las cosas en un lenguaje entendible por éste.


Vuelvo al relato de mis queridos carteros (en torno al medio centenar han dependido de mí en diferentes oficinas) y me dispongo a anticipar mi felicitación navideña y desearles que en el correr de los tiempos, cada vez a mayor velocidad, sepan adaptarse a lo nuevo que aparece cada día, con ilusión y sin pérdida del espíritu de servicio que siempre les caracterizó.



viernes, 22 de noviembre de 2019

PSOE SENTENCIADO, NADIE SABE, NADIE CONTESTA




 PSOE SENTENCIADO, NADIE SABE, NADIE CONTESTA


Suena a chiste lo de los “cien años de honradez” que el PSOE paseaba por los mítines y carteles de los primeros años de la democracia. De 1879 a 1939 fueron sesenta años en los que el PSOE robó a los españoles. Primero nos robó  la paz rebelándose contra el poder legalmente constituido y mayoritariamente aceptado de la República en 1934 y en los años siguientes robando a los españoles sus reservas de oro del Banco de España  con las que sobrevivieron cuarenta años de holgazanería hasta que llegó el milagro del suicidio del franquismo y el clarividente Felipe aprovechó la filosofía de la transición para instalar un sistema que se tornó en corrupto y que aprovecharon descaradamente el  PSOE y sus allegados. 


Felipe nos dejó una extensa lista de casos de corrupción,  caso Kio, caso fondos reservados, caso Rumasa, caso Filesa, caso Ave, caso Guerra, caso Sarasola, caso Gal, caso PSV y otros muchos, en los que el PSOE fue condenado por financiación ilegal y varios miembros del mismo, entre otros Aida Álvarez, responsable de finanzas, Luis Roldán, Director General de la G. Civil o el Ministro José Barrionuevo dieron con sus huesos en la cárcel. La cooperativa socialista PSV se fundió los ahorros de casi veinte mil cooperativistas en su mayoría obreros y afiliados a la UGT, dejándolos sin ahorros y sin vivienda.


Durante el gobierno de Zapatero tampoco se dejaron ver los más de cien años de honradez del PSOE que se vio envuelto en casos como Campeón en que presuntamente estaba implicado el Ministro José Blanco y la trama andaluza de los ERES, hoy sentenciada pero con más de  700 millones de euros sin reclamar y sin devolver  y los cursos de formación, más escandalosa aún donde se investiga la desaparición de más de 2.000 millones de euros en cursos de formación que no se llegaron a realizar y que fueron a parar presuntamente a las arcas del PSOE, UGT y CCOO. El mayor caso de corrupción de la democracia que la juez Núez Bolaños, investigada por el CGPJ, en parte archivó, retrasó y dio lugar a que prescribieran muchos delitos imputados a miembros del PSOE.


Hace un par de días por fin salió la sentencia de los ERES, una sentencia atrasada a conveniencia del PSOE al que da la impresión de que la Justicia está sometida. En fecha convenida,  sin filtraciones y con una cobertura mediática irrisoria de los paniaguados de la izquierda, periodistas a comisión que corean lo de unos y silencian lo de otros. El caso Gurtel  con el tejemaneje del juez De Prada, ya apartado del caso por la Audiencia nacional “al considerar que ha perdido  la apariencia de imparcialidad necesaria para enjuiciar tales hechos” motivó la caída injustificada de Rajoy y tanto el PSOE como la chusma periodística apesebrada repitieron hasta la saciedad lo del Partido corrupto e hicieron causa común y bandera de la corrupción en el PP haciéndonos recordar el viejo proverbio que dice que “vemos la paja en ojo ajeno y no la viga en el nuestro”.


Treinta o cuarenta millones de la Gurtel cobrados en comisiones denota la presencia de un grupo de sinvergüenzas que aprovecharon su cargo para medrar y enriquecerse pero  la justicia no ha condenado al PP por financiación ilegal, sí en cambio al PSOE, único Partido condenado hasta ahora en España por este delito. Lo de los ERES y los cursos de formación alcanzan un montante el torno a los tres mil millones de euros, cantidad infinitamente superior a la del caso Gurtel, con el agravante de que en el caso andaluz los dirigentes del PSOE robaron a los pobres y obreros a los que dicen defender, unos bandoleros atípicos porque a diferencia de los auténticos, éstos robaban a los pobres para repartírselo entre los ricos o enchufados del Partido. 


Vista la sentencia,  el licenciado de piedra no despega el pico y su adlátere  Ábalos, mostrando una desvergüenza sin igual  va y dice que los condenados no eran del PSOE, no militaban en el PSOE. A continuación los paniaguados periodistas de pesebre camuflan la noticia entre crónicas pueriles y sandeces, empequeñeciendo la sentencia y argumentando que los de la cueva de Alí Babá no se habían enriquecido personalmente. En el PSOE olvidan que tuvieron a Chaves como presidente de la Junta de Andalucía y como Ministro y Vicepresidente del Gobierno de la Nación (25 años).  A Griñán, como Presidente de la Junta de la que antes fue Consejero de Salud y como Ministro de Trabajo y Sanidad (15 años);  a Gaspar Zarrías que fue Vicepresidente de la Junta, Consejero de Presidencia y de Industria y Secretario de Estado (16 años). Y Magdalena Álvarez que fue Ministra de Fomento, Consejera de Economía y Vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (19 años). Solo con estos cuatro de entre los  19 condenados suman 75 años de permanencia y acumulación de cargos en el PSOE como para que ahora venga el cara dura y olvidadizo Ábalos a decirnos que no los conoce.


Desde la vuelta del PSOE de su letargo de 40 años en los que permaneció durmiente y solamente alimentado por  las reservas de oro robadas durante la guerra,  no han hecho los socialistas otra cosa que robar. Le robaron a Ruiz Mateos sus empresas, les robaron los fondos a los huérfanos de la Guardia Civil, les robaron los depósitos a los obreros que se fiaron de una cooperativa socialista de viviendas, etc. etc.


Pero no es solo el robo de cosas materiales y tangibles. Los socialistas y su PSOE nos robaron la división de poderes y por ende la independencia judicial (Montesquieu ha muerto, Alfonso Guerra dixit). Tras el atentado de Atocha nos robaron la jornada de reflexión con el intoxicador Rubalcaba lanzando bulos y fomentando falsedades.  Llegó Zapatero en tren y comenzó por robarnos la paz de la transición haciendo revivir la llama del odio entre izquierda y derecha, entre vencedores y vencidos de una guerra olvidada que perdieron todos. Nos robó también el bienestar alcanzado en dos legislaturas de Gobierno de Aznar y por no querer ver la crisis que se avecinaba mandó al paro a  varios millones de españoles. Robó la dignidad de los trabajadores que se vieron forzados a perder sus viviendas para ir a comer de la pensión de los abuelos.


Los socialistas y su PSOE nos están robando la historia, bien tergiversándola o bien fraccionándola al gusto e interés de las taifas. Nos roban el derecho a una educación digna y elegida por los padres en su continua guerra contra la enseñanza concertada o privada, a la que sí acuden ellos con sus hijos. Pretenden una educación de mínimos para igualar por abajo y crear una sociedad de incultos y asilvestrados. Nos están robando las oportunidades de extender la marca España con sus productos y negocios por una simple visión sectarista y  un descomunal desprecio a la mayor potencia industrial del mundo, donde radican según la izquierda todos los demonios del mundo mundial. Nos roban el tiempo que nos hacen perder en quimeras electorales y el que debíamos emplear en consolidar el crecimiento de los últimos años y prepararnos para la crisis que viene. Nos roban  la ilusión que albergábamos al haber superado una crisis y ver como nuestros hijos empezaban a encontrar oportunidades, ahora que volvemos a la cuesta abajo. Nos roban la cartera con una política agresiva de impuestos con los que pretenden arrancar la nueva legislatura. Nos están robando el futuro aniquilando la clase media que levantó España en la segunda mitad del pasado siglo. Por último nos están robando el derecho a sentirnos orgullosos de ser españoles tratando de fascista a cualquiera que enarbola una bandera de España y enalteciendo el independentismo catalán convertido ahora en terrorismo y todas sus manifestaciones, pasándose por el arco del triunfo la Constitución, el orden y la convivencia pacífica. Nos quieren robar España para volver a los reinos de taifas, donde cada ladrón pueda hacer  su cosecha.


No quiero terminar este artículo y sería injusto sin reconocer que dentro del socialismo hay muchísima gente honesta, que cree en los principios que sirvieron de base a la transición, España, el perdón por todo cuanto malo surgió de ambos lados y un futuro que había que ganar entre todos y con el esfuerzo de todos. A ellos y a todos estos ex dirigentes socialistas que hoy disienten del errático rumbo que impone Sánchez y preparan un manifiesto para intentar hacerle volver al buen camino, mis respetos y mi deseo de que lo consigan.


Esto es el socialismo español. Este es el PSOE donde ya sobran la “O” y la “E” y que muchos dan ya en llamar el Partido Sanchista en vez de Socialista. Mi marido trabaja en “la PSOE” dicen muchas mujeres andaluzas. Susana y Sánchez se afanan en cargarse el uno al otro las culpas; Ábalos dice que no conoce a nadie y Pablo Iglesias les pone la música.