DESDE YESTE

Agosto 1994 ¿Quién quemó Yeste?

YESTE: ¿Y AHORA QUÉ?

Después de leer las cartas de mis paisanos Delfín y Lozano confieso que siento cierta envidia por no ser poeta o pintor y no ver en el desastre de Yeste más allá de lo que es su alma, su luz y su imagen. Aunque nunca he sido ajeno a cualquiera de las formas en que el arte se manifiesta, mi profesión me impide ir por la luna, camino de las estrellas y me obliga a tener fijos los pies en tierra firme y, aunque mi campo de observación es más reducido también sé que es más real y más próximo a cuanto acontece.
 
Focos principales del fuego

Antes disfruté tumbado en la aljuma contemplando una naturaleza de azul y verde, sin poder precisar dónde termina el uno y empieza el otro, porque los dos colores en perfecta simbiosis eran el alma de Yeste. Ahora sufro cuando el aire lanza hacia mis ojos enormes polvaredas de cenizas y percibo ese intenso olor a humo que ya no sé si es que todavía persiste o es que lo llevo yo dentro. Pero sufro mucho más cuando pienso que el verde se hizo negro por el fuego y el negro se hará gris por la lluvia y el viento. Esta es la verdadera tragedia del incendio de Yeste, el color gris que habremos de soportar por mucho tiempo; el color gris que en su indefinición ahoga todo indicio de vida, alegría o esperanza; que cubrirá nuestros montes como una eterna niebla de la que solo veremos renacer el verde pasados muchos años. Esta repito, es la auténtica tragedia de Yeste donde de todo lo anterior solo queda el color azul y por estas sierras solo de ese color no vive un pueblo.
Foto satélite primer día

El paso de la vida a la muerte se supone más amargo cuando se tiene plena consciencia de ello. Aquí hemos pasado a la muerte tras un periodo agónico de muchas horas, conscientes todos del inminente desenlace y viendo como cada pino que ardía era una luz que iba apagándose en nuestro interior y una tras otra iban desapareciendo hasta que todo se hizo tinieblas.

Pongo de nuevo los pies en tierra, y me viene a la memo¬ria una famosa frase de un Diputado provincial de Yeste allá por los años 80 que decía: "En el verano estival todos los años se producen en mi pueblo numerosos incendios…” Cier¬tamente en el "verano estival" como decía este Diputado, en Yeste se producen incendios pero desde siempre, de toda la vida pero nunca tan numerosos ni devastadores como los de los últimos años.

Entonces, cuando los obreros del campo y del monte, los pastores y cazadores encendían todos su lumbre a la hora de almorzar o cuando las familias y campistas hacían junto al rio sus paellas a las que ahora se refiere un "iluminado" de este Gobierno; entonces, digo, cuando el riesgo de incendio era mucho mayor que ahora, bastaban dos forestales al frente de una cuadrilla de paisanos con ramas, palas y azadones por toda ingeniería extintora, para acabar en un santiamén con cualquier fuego en cualquier paraje del término.
Foto satélite tercer día

Ahora en cambio, cuando disponemos de un multimillona¬rio y hasta extravagante dispositivo, con camiones de mil clases, toda la variedad de todoterrenos y emisoras, puestos fijos y móviles de observación, patrullas dando vueltas sin cesar y un "puesto de mando" (cada cual que interprete esto a su manera) cargado de burócratas de los que se creen que un fuego se apaga apretando muchas veces el pulsador de la radio, resulta que se les enciende un fuego, se les quema todo el término o lo dejan arder (cada cual vuelva a interpretar esto a su manera) y se vuelven a sus bases, repleto el bolsillo de dietas y diciendo lo de Felipe II: "No he mandado mis carrocetas a luchar contra los elementos", ponme otro Whisky por favor y aquí paz y después gloria. La parafernalia bomberil inoperante ha hecho lo que ha podido es decir nada y espera el paso del tiempo que todo lo borra. No cono¬cen sin duda la memoria de las gentes de Yeste.

La sabiduría popular enlaza lo anterior con lo presente y descubre el engaño; y no entra al trapo sino que va directamente al bulto y desgraciadamente acierta. A ningún lugareño se le escapa que si antes solo existía la necesidad de apagar ahora en cambio se impone la necesidad de encender para poder mantener y justificar la existencia de todo ese aparato que apaga.
Foto satélite quinto día

Aquí no hay promotores de urbanizaciones ni grandes madereros ni agricultores en lucha con los ganaderos ni los mismos pueblos que en zonas deprimidas como esta puedan pensar que el mal de uno favorece a otro. Aquí solo les queda pensar que los medios utilizados en la extinción son muy costosos y alguien debe estar haciendo el negocio del siglo manteniendo los parques bien dotados y renovados. Que todas esas patrullas que dicen estar para prevenir y apagar y que últimamente se organizan ya en cooperativas, han hecho del fuego casi un me¬dio de vida. Que hay un enorme aparato burocrático montado en torno al fuego, donde, aparte de los altos emolumentos, es más fácil justificar dietas, horas extraordinarias y otros gastos. Y que después del fuego viene la limpieza, reforesta¬ción etc. que también mueven muchos millones. Millones de largo recorrido burocrático que favorece mucho su sedimento.

Todo esto no escapa a la gente y lo comenta. He oído en estos días multitud de barbaridades, sandeces, comentarios absurdos y criticas improcedentes, pero también he oído cosas muy interesantes, denuncias bien fundadas y razonamientos claros porque el pueblo está hasta el moño de ver la impunidad con que se enciende el monte y la pasividad con que se apaga.

Frente a la ineptitud de los responsables de la extinción ha habido actuaciones muy meritorias. La Guardia Civil ha estado presente en cada momento y lugar cumpliendo a la perfección su tarea. El Ejercito ha hecho muy bien lo que venía a hacer y si no ha hecho más ha sido por la falta de organización del puesto de mando y de los responsables a pie de monte. Los voluntarios venidos de toda la Región y de Andalucía han dado una lección de organización, voluntad y agallas. Los curas, las médicos, las monjas del asilo, las mujeres y hombres del pueblo y aldeas, excepción hecha, de los políticos gobernantes que en su función de taxistas de gerifaltes no se quitaron ni un memento sus pantalones de pinzas y sus camisas de marca; todos ellos digo, han estado al pie del cañón y vuelvo a repetir que si no han hecho más ha sido por no disponer de expertos que les dirigieran.
Foto satélite séptimo día

Y los forestales, esos sí que se merecen un "olé", !Qué labor han hecho los forestales!; claro que en ellos no es extraño porque en estas situaciones siempre lo han hecho igual. Despojados de autoridad frente al SEPEI, desoídos sus conse¬jos de verdaderos expertos, insultados y burlados por los mismos bomberos (que lo he presenciado yo personalmente) etc. etc. y a pesar de todo ello dirigiendo grupos de voluntarios del pueblo y de fuera han ayudado a apagar más fuego que todas las motobombas juntas.

Faltaría a la verdad si dijera que todo el aparato ofi¬cial de extinción ha sido inoperante. Se han visto muy buenas actuaciones individuales y de grupos de ese colectivo. Se dice incluso que ha habido algunos de ellos que estando de vacaciones se han ofrecido a sus superiores, sin conseguirlo por cierto, para reforzar a sus compañeros. A veces pienso si de estos hombres cabría decir lo mismo que se decía, del Cid "Dios que buen vasallo si hobiese buen señore".

Pero al fin ha pasado la tormenta, el fuego ha sido controlado y apagado lo que permite a la gente sosegarse y calmar los nervios. Los más exaltados piensan en qué pancarta van a lucir en una próxima manifestación que se anuncia "La avioneta asesina, nos ha llevado a la ruina", "Al PSOE que va a perder las elecciones, el incendio de Yeste le importa tres cojones", "El aspirante a Alcalde ..., piensa, que con el fuego su sueldo va a ir a más", "Yeste: Descubra la belleza de Sierra Pelada"

Hay otros que con ingenio incrementan nuestro ya extenso refranero: "Político que ve cerca la tormenta, se llena los bolsillos y se ausenta". Pero todos y disculpen las licencias anteriores, en general se plantean las mismas preguntas; ¿y ahora qué?, pregunta que a su vez se desglosa en otras como ¿qué va a ser de Yeste después de este desastre? o ¿va a suponer la misma ruina que la construcción del embalse efe la Fuensanta?. El pueblo se pregunta todo esto y sufre. Y no será porque estas gentes de Yeste no están hechas al sufrimiento, acostumbrados a vivir en un régimen casi feudal desde los tiempos de la Orden de Santiago hasta bien pasada la guerra civil, no, es que aunque para las estadísticas del Ministerio sean 15.000 Hectáre¬as más a añadir a las ya quemadas en este año, para las gentes de Yeste es en gran parte su medio de vida.

Dejando aparte el desastre ecológico que no por no hablar de él es menos importante, los montes quemados no son comunales ni todos del Estado. La propiedad del monte está muy repartida y son muchos los damnificados directos y muchos más los perjudicados. Cortadores, peladores, ajorradores y transportistas por decir de algunos que viven directamente de la madera; ganaderos y pastores, comerciantes y asalariados de otros servicios; todos en general participan de alguna forma de la riqueza forestal que ya ha dejado de existir.

Yeste, el gris por el verde

Los interrogantes siguen asaltando la mente de los vecinos. ¿Cómo se va a indemnizar a Yeste por el daño causado?, ¿se va a hacer como cuando el pantano, pagando solo a los propietarios y dejando en la miseria a los aparceros?, lo que traducido a nuestro tiempo sería ¿se va a indemnizar solo a los propietarios sin atender a otros sectores perjudicados direc¬ta o indirectamente por el fuego?; ¿se va a reforestar todo lo quemado como anuncia a bombo y platillo el Consejero de Agricultura, auténtica “vedette” de esta fiesta?; aparte de lo del Estado, ¿cómo se va a reforestar lo de los particulares?; ¿se va a establecer un verdadero plan a medio y largo plazo o simplemente se van a tapar bocas con el dinero de todos por la proximidad de las elecciones?, ¿qué va a pasar con el turismo que ya se estaba revelando como otra importante fuente de ingresos?; ¿va a ser el Municipio en general beneficiario de una política que permita a los más perjudicados buscar otras formas de vida sin necesidad de emigrar?; ¿se va a hacer una redistribución de los pastos que quedan disponibles sin men¬guar notablemente la cabaña local?.

Todas estas preguntas y muchas más se están haciendo estas gentes, víctimas del terrorismo de los montes. Cuando el Ministro de Agricultura decía que solo el cinco por ciento de los incendios eran intencionados, desconocía sin lugar a dudas lo que está ocurriendo en este pueblo. Sin ir más lejos, ayer día 15 por la tarde se prendían tres nuevos focos en la zona del rio Tus, a doscientos metros uno de otro, no pudiendo ser identificado el vehículo que los iba provocando. La calificación que hago de "terrorismo de los montes" puede no ser válida para otros lugares pero sí con toda seguri¬dad para Yeste.

Al final de todo esto y para terminar, una última pregunta: ¿quién va a administrar esta ruina?. De momento y hasta Mayo próximo un Gobierno local de escogidos ineptos, pertenecientes a un Partido en desbandada. Si a partir de Mayo siguen los mismos, ¡Que Dios nos coja, confesados!



Paco del Hoyo. "Carta al Director. La Tribuna de Albacete" 23/08/1994












YESTE PRIMER ANIVERSARIO DE LA SEMANA NEGRA

A un año del desastre, todo negro

Por estos días se cumple el primer aniversario de la semana negra de Yeste. Un devastador incendio, al parecer provocado por tierra y aire, arrasó entre los días siete y catorce de agosto dos tercios de la superficie arbolada del término, unas quince mil hectáreas.

Aunque para el observador ajeno no pasara de ser un episodio más del triste verano de 1994, lo cierto es que fue la de Yeste, posiblemente la mayor superficie quemada en un sólo municipio. Una vida humana, varias viviendas y quince mil hectáreas de bosques milenarios y de un valor ecológico incalculable, son mucho para un sólo pueblo, más si como en Yeste, una buena parte de la población basaba su economía o la complementaba con la explotación racional de estos bosques.

Muchas fueron también las promesas de los "salvapatrias de turno", los entonces Consejero de Agricultura y Presidente de la Diputación y, por venir de donde venían, muchos fueron también los incumplimientos. La lentitud de la tala y la ausencia de lluvias, mantienen a Yeste vestido de negro. El río Segura es un lodazal de barro y cenizas que apenas permite la vida de las truchas en otro tiempo abundantes. La imagen de desolación es la misma de hace un año, sólo que en frío, y así, fríamente también, pedimos a los señores que tanto prometieron, que examinen el saco donde depositaron sus promesas por ver si estaba roto por el culo o acaso lo dejaron abierto y se esfumaron éstas por volátiles.
¿ Cuándo la reforestación que iba a comenzar en la semana siguiente del incendio?.
¿ Cuándo los dos mil millones para rehacer infraestructuras y pagar indemnizaciones?.
¿ Dónde la petición de la Corporación Local de declaración de zona catastrófica?.
De lo primero, señor López Carrasco, han pasado no una semana sino cincuenta y que yo sepa, la única reforestación se ha limitado al acto simbólico de plantar un pino en la ermita de San Bartolomé, como preludio de las fiestas.
De lo segundo, señor López Carrasco, del tesoro de Alí Baba, sólo han llegado unos cuantos millones que pesan en calderilla menos que el papel oficial gastado en conseguirlos.
Y de lo tercero señor López Carrasco, (verá que sólo me dirijo a usted porque el otro prometedor pasó políticamente a mejor vida), el Ayuntamiento de mayoría socialista que clamó por la declaración de zona catastrófica fue puesto en ridículo por sus mismos compañeros en las Cortes Regionales, a pesar del apoyo del Partido Popular e Izquierda Unida.

Los serviles Alcaldes socialistas no hicieron nada

Ha Pasado un año y no se ha repoblado un sólo palmo de monte, ni aún siquiera se han cortado los pinos del Estado que, a más de la imagen desoladora, pueden perder por ser perecederos su condición de maderables y ser pasto de las papeleras a precios de saldo. Las carreteras no se han arreglado y cada trozo de hierro negro recuerda donde hubo una señal de tráfico. Tampoco se han restaurado o reubicado las instalaciones de acampadas y zonas de recreo destruidas. En resumen, ha pasado un año y no se ha hecho nada. Absolutamente nada.

Pero no toda la culpa es de las autoridades regionales y provinciales. La actitud servil y acomodaticia de los gobernantes locales, dieron al traste con toda acción reivindicativa. La visión miope del futuro a conformado a los obreros con dos años de trabajo seguro. Ni siquiera les ha servido la lección de la historia reciente cuando la construcción del embalse de La Fuensanta. Entonces les conformaron igual que ahora, con unos cuantos años de trabajo y miles de promesas. Cuando las obras se construyeron se acabaron el trabajo y las promesas dejando paso a la emigración y el hambre. ¡Qué triste cuando un pueblo no aprende de su propia historia!.

El pueblo se manifiesta. Bono no hizo nada, solo prometer

La contradicción de las autoridades locales, que celebraban fiestas fastuosas y millonarias a una semana del incendio al tiempo que reclamaban la declaración de zona catastrófica, ha servido como lo dicho en los párrafos anteriores, para mostrar una debilidad extrema ante los responsables de la Junta, que han visto la forma de librarse de muchas promesas, sustituyéndolas simplemente por unas cuantas palmadas en la espalda. A buen seguro, que ningún alcalde ha recibido tantas desde que Yeste era el Beneche de los moros. Un Alcalde que seguramente pasará a la historia por haber protagonizado, si no propiciado, los años más oscuros desde los tiempos del Comendador Manrique y el renegado Chucho.

La moción presentada recientemente por el Partido Popular y asumida por el Ayuntamiento en pleno, obliga al nuevo Alcalde y a la nueva Corporación a adoptar una postura más firme en la reivindicación de las promesas incumplidas. Como no se espera mucho más de las autoridades regionales, se pretende al menos conseguir que aquello que de valor tenga la corta, transformación y venta de la madera de los montes públicos, históricamente nuestra, revierta directamente en el municipio para paliar en lo posible los graves daños sufridos. Sería lamentable que el valor de nuestros montes quemados, mucho o poco, se esfumara de Yeste para ser invertido allá donde la oportunidad política aconseje. Aquí está el reto para el nuevo Alcalde, para la Corporación y para el pueblo entero. Aprender de la historia, prevenir para el futuro y defender el presente de cuantos de una u otra forma pretenden acabar con nuestro patrimonio, nuestra ilusión y nuestra esencia de pueblo milenario.
Paco del Hoyo. Concejal del PP en Yeste. La Tribuna de Albacete Agosto 1995
 
 
 
 

PREGÓN DE LAS FIESTAS DE SANTIAGO 1994

Francisco del Hoyo López



Desde que Yeste fuera conquistada a los moros en el verano de 1242 por el Infante D. Alfonso, luego Alfonso X El Sabio, hasta que las Plazas de Huéscar y Baza en el reino de Granada se rindieran a los Reyes Católicos en 1488, transcurrieron cerca de doscientos cincuenta años en los que el territorio de Yeste formó frontera con el Reino moro de Granada.
Fueron más de dos siglos difíciles en los que Yeste, cuya administración y custodia se encomendó a la Orden de Santiago, hubo de empezar por repoblarse de gentes; lo que no resultó fácil, tanto por los riesgos que corrían sus pobladores como por las escasas posibilidades que entonces ofrecía el territorio.
Años difíciles en los que los diversos Comendadores de la Orden fueron dueños de vidas y haciendas y ejercieron un control absoluto sobre las tierras y los medios de producción, mari teniendo una lucha silenciosa pero sin tregua para desposeer a los pobladores de los Fueros que les habían sido otorgados como compensación por el riesgo de asentarse en territorios tan inhóspitos.
Años difíciles en los que la población debió permanecer encerrada dentro del recinto fortificado, cultivando las tierras más próximas y arriesgando sus ganados buscando pastos en lugares más alejados.

Ermita de Santiago, fachada norte

Hasta finales del Siglo XV fueron numerosas las correrías de los moros, intermitentes con los periodos de tregua, que arrasaban los campos, robaban el ganado y tomaban por rehenes a quienes cogían desprevenidos.

Corría el año 1454 cuando el Chucho, un moro renegado de Baza que llevaba tiempo hostigando la frontera, entró por el valle del rio Tus arrasando su dehesa y llevando cautivos a sus habitantes y a los de Moropeche. A su regreso, cerca del Arquellite en lo que se llama Hoya del Chucho, fue muerto por un jo¬ven de Yeste, de 17 años, que se llamaba Juan Ruiz de Tauste.
Otra incursión de los moros de Baza en 1456 dio lugar a una tregua que duró hasta 1479, tras la cual hubo dos años de intensas escaramuzas que tuvieron por final la muerte del Caudillo de Baza a manos del vecino de Yeste Juan de Enguera en las mismas murallas de la Villa.

Iglesia almenada y castillo de Yeste

Ya a partir de 1480 con la debilitación del Reino de Granada, las gentes de Yeste comenzaron la expansión fuera del re¬cinto fortificado abriendo puertas y huecos en la muralla, no sin mantener un continuo enfrentamiento con la Orden que a más de uno le costó ser desposeído de sus bienes como represalia. Así aparece abierta en 1.480 la Puerta de Barrionuevo y próximo a ella fue naciendo el primer núcleo de población, el arrabal que coincide con lo que hoy es el Cabezuelo.

Pero fue hace quinientos años, 1494, el año que marcó definitivamente la expansión de la Villa fuera de sus muros y el cambio en el modo de vida de sus habitantes, por entonces alre¬dedor de 1600, unos 350 vecinos. Los Visitadores de la Orden autorizaron no de buen grado la apertura de la Puerta del barrio de Juan de Mula al sur de lo que hoy se conoce como el Infierno y que por cierto ya estaba abierta con anterioridad, costando como castigo a los que la abrieron un alto precio que disminuyó notablemente sus haciendas.

Igualmente se autorizó la apertura de la Puerta de la Fuente por donde hoy se encuentra la fuente vieja, con lo cual ya eran cinco las puertas abiertas en los murros, que permitieron a la población utilizar más cómodamente los campos circundantes y después de una intensa roturación de tierras se aumentaron sensiblemente los cultivos y los pastos.

500 años hace también de las primeras noticias que se tienen de la Ermita de Santiago, que en 1494 "no estava fecha mas de cuanto estavan aviertos los cimientos", lo que permite datar en ese año el comienzo de la construcción de la misma. En torno a ella se formó el Arrabal de Santiago que se extendió rápidamente hacia el saliente hasta unirse con el Arrabal de la Villa formado éste en torno a la Ermita de San Sebastián, el actual Convento.

Tuvo la Ermita de Santiago por primer mayordomo a un tal Martin de Segura, el cual, aprovechando los 1370 maravedíes que le entregara la Orden para la Ermita y tras vender sus posesiones en Yeste marchó a vivir a la Villa de Huéscar. Este hecho retrasó notablemente las obras de la Ermita, que no estaba terminada todavía en la siguiente visita efectuada en 1507 por los Visitadores de la Orden.

De las fiestas en la antigüedad no se conocen demasiados datos aunque puede afirmarse que se celebraron aquellos Santos que o bien protegían de las epidemias y catástrofes o intercedían para obtener buenas cosechas. Así, aparte de las grandes fiestas determinadas por la Iglesia o las tradicionales como San Bartolomé que parece ser conmemoraba la conquista de Yeste a los moros o la de Nuestra Señora de la 0 que conmemoraba la muerte del Chucho, se celebraron fiestas en honor de San Miguel, Santa Quiteria , San Pedro, San Martín, Santa Catalina, San Juan y Santiago.
En Santiago, fiesta de toros

Estas fiestas secundarias suponían para el Concejo la entrega de limosnas a los pobres; así, D. Pedro García de Almaguer, Vicario de Yeste, imponía al Concejo el reparto de dos reales a los pobres en estos días señalados. No debió caer esto muy bien al Concejo hasta el punto de que recurrieron a diversas autoridades eclesiásticas como el Provisor de Murcia D. Sancho Vélez o el Comisario de la Santa Cruzada D. Macías Coque, siendo éste último el que, a cambio de dos ducados y medio para la Santa Cruzada, eximió al Concejo de tales dispendios.

De estas fiestas solo han llegado a nuestros días las de San Juan y Santiago y no deja de ser curioso que, al cabo de 500 años siga el Concejo negando su ayuda para tales celebraciones.

Las fiestas de Santiago son las auténticas herederas de la tradición yesteña. Cuando el Concejo suprimió las limosnas a los pobres fue el barrio quién asumió esta responsabilidad y así llegan hasta nuestros días detalles como el reparto de tortas y mistela tras la misa de Santiago o en la procesión de San Bartolomé, equiparables a las antiguas limosnas, o la armoniosa comida vecinal de las reses lidiadas, costumbre muy antigua extendida por muchos pueblos.

Después de los encierros, sartenes de carne de toro

La fiesta de Santiago es sobre todo una fiesta popular. Una fiesta nacida del pueblo para disfrute del pueblo, a diferencia de las patronales donde quedan reminiscencias de tiempos pasados estando lo popular reducido al mínimo y dejando lo más sobresaliente para el disfrute exclusivo de quienes ostentan cargos o quienes se pueden permitir pagarlo. Esto no es aceptable para un Concejo elegido por el pueblo y menos para los que dentro de él dicen estar representando a las clases menos favorecidas.

Las fiestas de Santiago deben ser el ejemplo a seguir en las otras fiestas de Yeste. En las de San Juan porque el arrabal más antiguo de la Villa no debe olvidar sus tradiciones y aun prescindiendo de las ayudas oficiales que les son negadas, sepan que estando ellos unidos, el pueblo no les escatimará su ayuda y les apoyará como lo ha hecho en otras ocasiones. En las de San Bartolomé para que los que las "manejan" tengan claro que es el pueblo llano el que desde antiguo se ha gana¬do el derecho a unos días de "beber, comer y holgar" en premio a un duro año de esfuerzos y sacrificios y que "un poco menos para todos es mejor que un mucho solo para unos pocos". Si a pesar de esto siguen sin verlo claro, que mediten sobre para qué están y a quién representan.

Quiero hacer una llamada especial a los vecinos de Santiago y a todo el pueblo sobre el estado en que se encuentra la Ermita de Santiago. No es de recibo que la Historia hable del año 1494 como el del comienzo de la construcción de la Ermita y de 1994, 500 años después, como el año del comienzo de su ruina y destrucción. La Ermita amenaza ruina y es responsabilidad de todos, Iglesia, Concejo y Pueblo, colaborar en su restauración. Los que el día 25 acudáis a la misa de "Santiaguico" recordad que estáis rememorando 500 años de vuestra historia, vuestra cultura y vuestras costumbres. No dejéis perder lo poco que os queda de vuestros antepasados que con tanto sacrificio os lo dejaron.

En nombre de la Comisión de fiestas de Santiago quiero dar las gracias a todos los que han colaborado de alguna for¬ma a la celebración de las mismas y yo personalmente quiero dar las gracias a dicha Comisión y al barrio de Santiago por el inmenso honor con que me han distinguido al permitirme dirigiros estas palabras.



DESDE YESTE PARA EL SR. BONO


Han concluido felizmente las fiestas patronales de Yeste, las más populosas y de mayor calidad de los últimos años. En su faceta taurina, de la que voy a hablarle en esta carta, se han lidiado 22 reses, 17 novillos y cinco vacas, que después y como costumbre muy arraigada en la localidad, su carne ha sido vendida a los vecinos, que la aprecian muy especialmente.
Todo casi perfecto a pesar de las nuevas dificultades surgidas del excesivo celo mostrado por los responsables de la administración autonómica con competencias en la fiesta; celo por otra parte no manifestado en anteriores ocasiones con Ayuntamiento de signo distinto.

Romería de San Bartolomé

Y a esto quiero referirme precisamente porque entiendo que alguien de la Administración que Vd. preside, mediante un acto irresponsable y prepotente, ha perjudicado al pueblo de Yeste a sabiendas de que lo estaba haciendo y supuestamente también de a quién estaba beneficiando con este hecho.
Vd. sabe de sobra, por lo bien que conoce Yeste, que este Municipio cuenta con uno de los pocos mataderos homologados de la Provincia y además de titularidad municipal. Vd. sabe también, porque la legislación de la Junta lo recoge, que los mataderos homologados para tratamiento de carne de caza pueden ser autorizados igualmente para ese mismo tratamiento en ganado de lidia, ocasionalmente y a consecuencia de festejos taurinos como en este caso de las fiestas patronales.

Los peligrosos encierros

Conociendo la posibilidad de que el matadero municipal fuera autorizado para este menester, se cursó la oportuna solicitud a la Delegación de Sanidad de Albacete, a consecuencia de la cual los técnicos correspondientes revisaron las instalaciones y una vez atendidas sus observaciones dictaminaron favorablemente. Llegado a este punto y cuando todo parecía estar solucionado, la solicitud fué rechazada por la Delegada de Sanidad sin otro argumento que “es que ya hay muchos mataderos autorizados”.
Yo me la imagino, porque dice el refrán que “piensa mal y acertarás”, al llegar a sus manos la petición y a pesar de los informes técnicos positivos, echando mano de la lista de pueblos de Albacete, buscando Yeste y leyendo la anotación marginal “ojo, “PP”.A continuación y en un alarde de sumisión incondicional, acrecentada por un disimulado instinto de supervivencia, anota a lápiz rojo en el margen superior “NO”.
Después de infructuosas conversaciones telefónicas y siempre con la peregrina justificación de que ya hay suficientes mataderos autorizados, se mantiene en su negativa obligando a última hora a buscar otras soluciones que conllevan cuando menos a realizar un gasto innecesario, gravando con ello las ya depauperadas arcas municipales recientemente heredadas.
La Delegada de Sanidad ha pretendido castigar a un pueblo por aquello de “ojo, PP” pero su celo excesivo le ha impedido hacer un análisis detenido de la situación antes de determinar.
Yeste ha votado en las elecciones municipales al Partido Popular después de una ruinosa gestión socialista en las cuatro últimas legislaturas, que Vd. conoce aunque no quiera reconocerlo. Y le ha votado mayoritariamente a Vd. en las elecciones autonómicas, aunque solo fuera por aquello de “más vale malo conocido...” Pero siendo éstas u otras cualesquiera las opciones elegidas por el pueblo de Yeste, ¿esto da derecho a la Delegada de Sanidad para tomar decisiones que puedan perjudicar seriamente al municipio sin aportar argumentos realmente convincentes?
Sería demasiado simple aceptar que la razón del voto ha sido la causa principal de su negativa, como la razón de los muchos mataderos autorizados etc. etc. Curiosamente no hay en cien kilómetros a la redonda otro matadero homologado y autorizado salvo uno de titularidad privada que pertenece a un destacado dirigente socialista de una población vecina, distante apenas veinte kms. de Yeste; y que por su situación en la Comarca de la Sierra, sería , eliminando el de Yeste, el único capacitado para tratar todas las reses de los festejos taurinos, abundantes por estos lares. Y que casualidad; con unos precios casi el doble que los de un matadero de Murcia con el que al final ha contratado el Ayuntamiento de Yeste. En estas circunstancias, autorizar el matadero de Yeste podría suponer el fin del monopolio del que prácticamente disfruta ese otro matadero privado de un dirigente socialista de una población vecina...

Arrastre de los toros cuyacarne luego se vende al pueblo

Sr. Bono, su Delegada de Sanidad de Albacete ha cometido una injusticia con el pueblo de Yeste y no ha explicado realmente las razones que le han movido a ello. Yo quisiera no creer que todavía existe en su Administración gente que juzga y sentencia tan a la ligera como esta Delegada suya y menos quisiera creer que el perjuicio ocasionado a Yeste tuviera como contrapartida un trato de favor a un empresario próximo, pero en todo caso, desde Yeste se exige a su Delegada una explicación, una disculpa y una rectificación, para el futuro, del acto administrativo del que ha sido responsable.
La Delegada de Sanidad, amén de la injusticia de su decisión, ha pretendido ofender a Yeste tomando venganza sin haber recibido agravio alguno. A lo largo de más de mil años de historia Yeste ha sufrido guerras, calamidades, convulsiones sociales y catástrofes naturales. Lo de la Delegada de Sanidad apenas llega a ser un borrón en una línea de la historia milenaria de este pueblo.

F. del Hoyo  (La Tribuna, Agosto 2003)






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