miércoles, 26 de abril de 2017

A RAJOY LE CRECEN LOS ENANOS






 A RAJOY LE CRECEN LOS ENANOS


Una amiga mía me pasaba hace unos días unas reflexiones de la escritora ruso-americana Ayn Rand, (San Petesburgo 1905/New York 1982), publicadas en 1950, que por su actualidad pasados ya casi setenta años, resultaban premonitorias. 


“Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quien no produce nada.

Cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores.

Cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos por el contrario son estos los que están protegidos contra ti.

Cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte que tu sociedad está condenada “ 


El último de los capítulos de esta novela por entregas titulada “Corrupción” me ha dejado patidifuso y no es que pensara que ya estaba escrito el epílogo al capítulo del PP, sino porque no esperaba que a la autoritaria  y avispada marimandona, Esperanza Aguirre, la fueran a engañar tantos y por cuanto de entre sus elegidos y protegidos.

 Y es que la novela “Corrupción” se encuadra dentro del género de novela histórica cuando se trata de España, que ya Cervantes ponía en boca de Sancho: Yéndome desnudo, como me estoy yendo, está claro que he gobernado como un ángel” . Tampoco muy lejos de la picaresca, que en los Siglos XVI al XIX nos mostraba cómo la compraventa de cargos en la administración y en la justicia siempre llevaban acarreado un beneficio personal.


En lo que concierne a esta piel de toro, la corrupción está tan extendida y generalizada que hace bueno el refrán que dice “No hace falta que me des. Ponme donde haya”. Lo que ocurre es que unas cosas salen a relucir y otras se esconden según de quién se trate. PP y PSOE andan emparejados  y se reparten la mayoría de los casos y de imputaciones y CIU a la zaga de los anteriores, pero mientras al PP le crecen los enanos en los circos mediático y judicial, el resto parecen haber quedado ocultos tras las nubes que contemplaba Zapatero. En los mayores casos de corrupción por implicados y cuantía se lleva la palma Andalucía, en cuyo palacio de San Telmo se encuentra la sede de la cueva de Alí-Babá, con ramificaciones que enlazan las sedes socialistas de forma que las catacumbas romanas parecen a su lado un juego de niños.



Pero en Andalucía y Cataluña la corrupción se analiza y se juzga en clave interna. Allí todo se perdona, en Andalucía porque el trinque es parte de la idiosincrasia popular, en Cataluña porque se entendió como una defensa contra el  “Espanya ens roba”. En la primera son muchos los imputados, pocos los juzgados y menos los condenados, en cambio aumentan las causas prescritas por los ERE de manos de quienes sustituyeron a la Juez Alaya, una heroína en el tenebroso mundo de la justicia. En la segunda ni son muchos los unos y los otros. Han pilado a cuatro “mataos” que van a pagar las consecuencias de que los Pujoles estén en la calle -ayer trincaron a uno-, riéndose a carcajadas de la justicia y del Gobierno, porque saben que “papá Pujol”  dice que si habla la democracia tiempla en España.  Hoy sale a la luz la noticia de que los fiscales que llevaban el “caso del  3%” Fernando Bermejo y José Grinda, han sido apartados del caso para ser sustituidos por “fiscales catalanes”, normal, en Cataluña como en Andalucía “perro no come perro”.




En cuanto toca al PP, que por cierto vaya criadero de sinvergüenzas, parece ser que todo lo demás se olvida y del iceberg de la corrupción solo se ve la parte emergida que curiosamente es la popular, a la que hacen visitas turísticas cruceros cargados de turistas mediáticos y judiciales dispuestos a conseguir y a salir en la mejor foto.  Los turistas mediáticos, ganados para la causa por la izquierda, que les mantiene la audiencia de los tele-basureros a cambio de no sacar del cajón los trapos sucios. Los turistas judiciales en los que para  muchos la estrella polar es lo único importante y no desechan para ello su peregrinación por los medios de comunicación,  enseñando sus vergüenzas y avergonzando con su actitud a la ciudadanía, eso incluso después  de haber ido de excursión por las playas de la política y haber contagiado su neutralidad con profundas dosis de chapapote sectario.


En palabras de George Bernard Shaw, Premio Nobel de Literatura, “Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia … ambos por la misma razón”. Pero resulta que en España la Política se ha hecho profesional y el interés general está supeditado al interés particular de permanecer y no salir pobre del intento y así nos va. A Rajoy le crecen los enanos y se le reproducen como las amebas. Los corruptos y cainitas del PSOE están eufóricos –sin mirar a Francia claro- , los igualmente cainitas y corruptos podemitas, discípulos de Hugo Chávez y Mahoma y defensores de las atrocidades cometidas en su nombre, están que se frotan las manos porque ya lo sueñan –que no lo ven- más cerca. Por último, los riveritas, elevada su autoestima por la victoria de Macron pero sin caer en la cuenta de que ellos son un partido creado  por cascotes de miles de obras en torno a un pilar de ladrillo, creen que les ha llegado el momento y hasta puede que lleven razón, si los presupuestos no salen y el PP empieza a caer en las encuestas, unas nuevas elecciones les serían favorables.  

 Pero paciencia, que a Rajoy le crecen los enanos pero hasta ahora ha demostrado ser un buen funambulista , tanto como  incombustible.


miércoles, 19 de abril de 2017

EL BUS DE LAS PUERTAS GIRATORIAS




EL BUS DE LAS PUERTAS GIRATORIAS 

Si en algo estoy de acuerdo con podemitas y riveritas es que dicen que pretenden regenerar la vida política y convertirla en un ejercicio noble al servicio de la ciudadanía. Yo también lo pretendo con mi voto y como ellos, lo digo, aunque por su parte todo se quede en el dicho, que del dicho al hecho hay mucho trecho. La regeneración política se hace en las  Instituciones por quienes prometieron hacerla y están dentro de ellas por mandato del voto ciudadano. En el caso de Podemos, lo prometieron, pero apenas han echado a andar y ya cojean como la “casta” a la que criticaron y de la que ya forman parte.


Pablo Iglesias ya dejó claro que su presencia en las Instituciones era para derribarlas como parte de lo que él llama “el Régimen del 78”. De hecho su presencia en las mismas solo se caracteriza por parecer una máquina de acoso y derribo y no como una formación política comprometida con la sociedad y que acepta las reglas del juego.


En este país estamos acostumbrados desde siempre a que nuestra clase política gobierne pensando en el presente de la Nación y en su futuro propio. Ya en el Siglo XIX la incipiente industria colocaba  a sus vástagos en la política para obtener favores y privilegios del Estado. Eso siguió en el Siglo XX y tanto la burguesía industrial como las grandes familias de terratenientes dedicaron a la política parte de sus retoños –entre los terratenientes no solo a la política sino a la milicia y a la judicatura-. La República trajo consigo el acceso a la política de clases menos favorecidas, que tampoco fueron ejemplo de nada porque hubo quienes acumularon cargos y se encargaron de prepararse un futuro holgado en el exilio. La Dictadura tampoco fue novedosa en la defensa de la ética política y el despegue industrial como el turístico sirvieron para que muchos cargos del régimen se enriquecieran.

El Trolebús servía para transportar gente

Fue en la Dictadura cuando las empresas públicas creadas por el régimen sirvieron, primero para colocar a los próceres o allegados del mismo y posteriormente para servir de “cementerio de cesantes”. Endesa, Cepsa, Campsa, Renfe, Telefónica, los diferentes Bancos públicos etc. tuvieron en sus consejos de administración a políticos cesados y recolocados como premio a sus servicios y fidelidad.  A partir de 1980 los diferentes Gobiernos de Felipe González y José Mª Aznar acometieron la labor de privatizar cuanto pudieron del sector público,  en un proceso con luces y sombras en el que la clase política salió beneficiada en cuanto que se aseguró la vida más allá de la muerte política, que para algunos tardó mucho en llegar. De hecho, una tercera parte de los Ministros con González, Aznar y Zapatero fueron a parar a las grandes empresas en puestos ejecutivos, de representación o de asesoramiento.


El “Régimen del  78”,como dicen los podemitas, trajo consigo la “puerta giratoria”, puertas a las que éstos ya están empezando a acceder a pesar de su corta existencia y a pesar de su insistencia en criticarla. Cierto es que el asunto de la recolocación de políticos sonroja a cualquiera menos a ellos. Además se da la circunstancia de que a la clase política se accede cada vez con menos formación y más precariedad, lo que ha convertido la política en una profesión en la que la gente procura instalarse de por vida, de ahí que sea necesario disponer de un entramado de chiringuitos, empresas púbicas municipales y autonómicas, asesorías de mil y una especialidad, etc, etc, para que aquellos que llegaron con una mano atrás y otra delante tengan asegurado el refugio en su declive.

El Bibliobús servía para culturizar gente

Cierto es también que el “Régimen del 78” ha incorporado a la vida pública a muchos profesionales altamente cualificados, algunos de los cuales han utilizado los cargos para enriquecerse,  pero que en su gran mayoría han pasado por la política dejando en ella lo mejor de sí mismos y una vez culminada su etapa han vuelto lógicamente a sus orígenes, en las empresas, profesiones liberales, Administración, docencia etc.


El “Régimen del 78” también se ha provisto de una ley de incompatibilidades, la “Ley 5/2006, de 10 de abril, de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado”, que en su Artículo 6 trata de las “Limitaciones patrimoniales en participaciones societarias”, en el 7  del  “Deber de inhibición y de abstención” y en el  8. “Limitaciones al ejercicio de actividades privadas con posterioridad al cese” nos dice en el punto 1. “Durante los dos años siguientes a la fecha de su cese los altos cargos, a los que se refiere el artículo 3, no podrán desempeñar sus servicios en empresas o sociedades privadas relacionadas directamente con las competencias del cargo desempeñado”.


Las imperfecciones de la citada Ley como sus  escasos resultados prácticos a la hora de aplicarla son tarea de las Cámaras Legislativas y es allí donde los Partidos que representan a los ciudadanos deben  proponer, discutir y aprobar las reformas convenientes para que los efectos negativos o imprevistos en la aplicación de una ley puedan subsanarse. Claro que para ello hay que asistir al Congreso y al Senado a trabajar por España y por los españoles allí representados. Podemos en cambio ha elegido la vía de la comedia y el esperpento y no va al Congreso a nada de lo que debiera sino a buscar el momento de gloria mediático con mensajes soeces, estilo bananero y actos pueriles. Podemos no va contra la “puerta giratoria” porque saben que muchos de ellos podrían utilizarla. Antes iban contra la “casta” y ahora, como ellos ya son “casta” se han inventado otro frente de lucha, la “trama”, a la que acusan de todos los males de este mundo y a la que quieren destruir para llegar al idílico Estado totalitario estalinista con el que pretenden hacernos felices a todos.

El Tramabús sirve para agilipollar a la gente

El “Tramabús”, aparte de ser motivo de cachondeo nacional como las “coca-colas” y la “mariscada”, es una radiografía de Podemos en donde se observa su falta de respeto a su electorado y a los españoles en general, sus pocas ganas de participar en la vida parlamentaria como sus electores les pidieron, su afán de destruir todo aquello que no les cuadra en sus planteamientos y, sobre todo, esa radiografía nos indica que Podemos está vacío de ideas que trasmitir a los ciudadanos;  frases hechas, lugares comunes, ruido y títeres. Eso es Podemos y lo lamentable es que haya tanto ciego en este país que aún tienen intención de votarles. El "Tramabús” podemita es el contenedor de su propia basura.