martes, 24 de marzo de 2015

MÁS PEDAGOGÍA, PIDEN EN EL PP





MÁS PEDAGOGÍA, PIDEN EN EL PP


Qué ironía, en el PP solo se dan cuenta de que son unos vagos cuando pierden las elecciones. Pasan la vida sesteando en los despachos esperando la  caída del contrario, porque las generales de 2011 las perdió Rubalcaba, no las ganó Rajoy y en Andalucía perdió Griñán, no ganó Arenas. Pero es que además de ser unos vagos van de sobrados por la vida. Si es verdad que la soberbia es el gran pecado de la clase política, en el PP se acrecienta y parece que en Génova hubiera una academia que enseña a mirar por encima del hombro.


Los políticos del PP, líbrese quién pueda, son unos vagos; más que los clientes del PER que criticaba ayer. El electorado al final de la legislatura no recuerda ni sus caras salvo alguna más mediática o de primer rango. A diferencia del PSOE que se encarga de adoctrinar permanentemente a sus afiliados de base y tenerlos informados de lo que ellos hacen y de lo que no hace el PP, en el PP los afiliados ayunan a diario de noticias y de explicaciones. En el medio rural son los socialistas los encargados de pregonar lo que ocurre, porque previamente se han introducido en todos los órganos directivos de asociaciones, culturales, de mujeres, de pensionistas, de viajes etc. etc. De tanto repetir el mensaje –la mentira en muchos casos- sin encontrar respuesta por parte de afiliados o cuadros del PP, “su verdad” es la que cala en la gente porque no hay “otra verdad” que la contradiga. En las ciudades ocurre otro tanto, desde las comunidades de vecinos a las asociaciones de barrio, todo lo controla la izquierda. La infiltración forma parte de su forma de hacer política a sabiendas de que la derecha es comodona y no da un palo al agua salvo y no siempre en las campañas electorales.


Los políticos en general se prodigan poco por los pueblos y los barrios y los del PP no son una excepción, más bien el ejemplo;  y cuando van a los pueblos es para comer y recibir los aplausos de unos cuantos afiliados más comprometidos y el discurso del pelota de turno que tiene aspiraciones. Cuentan milongas, comen, recogen los parabienes y se vuelven a casa tan satisfechos de haber sembrado la semilla del éxito.

Andalucía, entre todos la perdieron. Nadie entona el mea culpa
 Más pedagogía piden ahora algunos barones del PP. Ahora cuando están viendo las orejas al lobo. La mejor pedagogía es el ejemplo y la mejor didáctica es la información. Los políticos deben predicar con el ejemplo de honradez, de laboriosidad, de proximidad al electorado, de humildad y sencillez;  además de la obligación moral de tener informados a sus electores y sobre todo a  los militantes y cuadros locales de los pormenores del programa con el que los convencieron. No hace mucho tiempo Rajoy pidió a su ejército de vagos que salieran a la calle a dar la cara. Cuando el líder de un partido tiene que pedir de esta forma a los suyos que salgan a la calle a predicar es porque en ese partido no hay cultura de servicio a quienes les han otorgado la confianza; más bien al contrario, piensan que es el elector el que está a su servicio y les debe pleitesía. En el PP no hay cultura de proximidad al electorado, en el PP se mira al elector y al afiliado por encima del hombro. No son nada salvo en el momento en que los necesitan para hacer bulto en los mítines. Y no solo a estos; me comentaba un buen amigo mío, alcalde de un pequeño pueblo conquense, que para ser recibido por el  Delegado provincial de la Junta había que echar merienda y ya si se trataba de un consejero, avío para varios días; todo eso previo paso por el filtro del valido de turno, en el caso de Albacete el todopoderoso Antonio Serrano, valido de Cospedal y amo y señor de vidas y haciendas, que en política se traduce en cargos y listas.


La soberbia les nubla la vista. Los que ahora claman a escondidas por el desastre de Andalucía, no lo hacen por entonar el mea culpa sino por buscar a quien culpar del desaguisado. Moreno Bonilla fue producto según cuentan de una guerra interna entre las dos mujeres que mandan en el partido, con victoria para Soraya y derrota de Cospedal, pero el último responsable fue Rajoy que metió a un personaje de tercera fila en una Comunidad donde se exigía echar el resto. Rajoy sale por peteneras, sin  examen de conciencia ni dolor de corazón y menos aún propósito de  enmienda. No podemos darle la absolución, no se la está ganando. Cospedal por su parte calla y espera. Espera revalidar la mayoría absoluta para, con ese pasaporte, pasar factura a Soraya, que viene a ser ésta  algo así como el Rubalcaba del PP.


Pedagogía claman los barones. En el PP no hace falta ciencia, hacen falta zapatos. Parcos en el comer y raudos en el andar, que la Mancha es tan grande como pequeña su voluntad.


lunes, 23 de marzo de 2015

ANDALUCIA: GANAN EL PER Y EL PEZ



 
ANDALUCÍA: GANAN EL PER Y EL PEZ

Ya lo dije hace unos días, los males de Andalucía son el PER y el pez, lo que no dije es que estos no son los males de los andaluces sino todo lo contrario, para muchos de ellos es la medicina con la que combaten la holgazanería y agudizan el sentido de la picaresca. A mayor galbana más PER; el PER lo cura todo.

  “Bien entrada la mañana, el  personaje acude al Ayuntamiento y le dice al conserje: Buenas, vengo por lo de la  indolencia.- ¿Cómo? contesta el conserje. - Si, es que padezco de inacción. – Ah sí, ya, de vagancia, apostilla el funcionario, eso es en la segunda planta. - ¿Dos pisos?, solo de pensarlo me entra una flojera que me caigo, oiga y ¿no me pueden atender aquí?, es que dos pisos son dos pisos. - ¿Conoce Vd. a alguien ahí arriba? le pregunta el de la gorra de plato. – Mire sí, mi abuelo fue el que le vendió el burro al suegro del alcalde, que menudas cargas de aceituna le echaba. - Ah bueno, hombre, eso es otra cosa; siéntese en aquel banco que subo y en un periquete le  bajo el PER, faltaría más. Baja el conserje sonriente y le dice:  Bueno, aquí está el PER,  seis meses de tratamiento, ah, y me ha dicho el Sr. Alcalde que si va a su casa, con el que está cayendo que vaya Vd. por la sombra. - No, si justo a la mitad hay una higuera y como voy cansao me tumbo debajo y si dejo la boca abierta alguno que otro me cae, hay días que llego comío a mi casa…”

Perdónenme  los andaluces que no entran en el estereotipo habitual pero es que a estas alturas y visto lo visto me cuesta trabajo diferenciar. Los andaluces han votado mayoritariamente a quienes les roban, a los que se gastan en marisco el dinero que va para formar a los obreros, a los que fomentan los ERE en las empresas para llevarse las comisiones y meter en la lista a los familiares, a los que mangonean el dinero que viene de Madrid y se lo gastan en lo que sea con tal de que un familiar chupe del asunto. Los andaluces han votado al Partido que tiene más de doscientos imputados por corrupción, entre ellos los ilustres ex presidentes Chaves y Griñán, al Partido del trinque y del latrocinio organizado. ¿Pero es que alguien dudaba de que iba a ser así?. Andalucía es la tierra de los más famosos bandoleros, siempre vitoreados por el pueblo. El sistema ha cambiado poco, antes robaban a los ricos y repartían las migajas entre los pobres; ahora roban lo que viene para los pobres y a estos los conforman con las mismas migajas. Lo triste es que los andaluces, pobres o no, se dejan embaucar y encima les aplauden por lo que pudiera caerles.

La red mafiosa de las ayudas, las pagas y las subvenciones está tan extendida en el tejido social andaluz que no hay nadie que directa o indirectamente no salga beneficiado. Quien no tiene un hijo paniaguado tiene un sobrino o un hermano  o un cuñado. Cuando como ahora llega el momento  de decidir, la respuesta está clara, “no muerdas nunca la mano que te da de comer”. Andalucía es la solitaria en el intestino español. Recibe de España mucho más de lo que aporta y mientras el resto de los españoles nos partimos los cuernos por salir adelante a base de trabajo y sacrificio, ellos indolentemente se gastan lo suyo y lo que no es suyo, unos comiéndole la gamba y otros chupando la cabeza.

Quienes desde la derecha creían en mejores resultados han pecado de incautos. El voto andaluz está donde está y en 2012 sonó la flauta por casualidad con el efecto Zapatero, lo mismo que ahora ha pasado con el efecto Rajoy; el primero por haber hundido a España en la miseria y el segundo por no haber sabido vender el fruto de los sacrificios que hizo sufrir. 

Con Susana más de lo mismo, si es que se queda en Sevilla que va a ser que sí. Mucho tiene que facilitarle las cosas la oposición para que pueda llegar a las primarias estirando el cuello, que Pedro I el Breve también se apunta el tanto andaluz, con la diferencia de que él se queda con lo bueno, el resultado, mientras que Susana tiene  que aguantar lo malo, la falta de mayoría absoluta y las chinas en el zapato que ya le anuncian desde Podemos. Veremos qué pasa con la juez Alaya y cualesquiera otros que se atrevan a mear fuera del tiesto. Veremos qué pasa con los cientos de imputados. Veremos qué pasa con Chaves y Griñán. Nos vamos a quedar con el “veremos”

Andalucía ha defraudado al resto de España. Los andaluces se han inclinado por los inquilinos de la cueva de Alí Babá, es decir, por el partido de los trileros y por los otros, que han montado su partido haciendo lo mismo que critican. Ya solo hace falta que los de Podemos compitan en el trinque con los socialistas, escuela hay y alumnos ambiciosos también. Es posible que más pronto que tarde Andalucía deje a Grecia en mantillas, con el agravante de que cuando esto llegue, el resto de los españoles iremos a poner la otra mejilla.


martes, 17 de marzo de 2015

ANDALUCÍA, EL PER Y EL PEZ




EL PER Y EL PEZ


Este fin de semana lo he pasado en mi refugio de la Sierra del Segura, la aldea de Góntar, sin duda una de las más privilegiadas por la naturaleza en el término de Yeste; lindando monte abajo con los ríos Zumeta y Segura que hacen de límite, que no frontera, con Al Ándalus en su extremo norte jienense, que alberga el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas.


Frente a Góntar (la aldea de la Tierra Media, bromean mis amigos) al otro lado del río Segura y a la misma altura, entre 1.000 y 1.200 metros se encuentra la aldea de Miller y tras el Zumeta las aldeas de Marchena, Marchenilla y alguna otra, todas ellas pertenecientes al Municipio de Santiago de la Espada-Pontones. Entre mi aldea y las otras que describo apenas hay algo más de media legua por carretera transitable.


Hecha esta introducción y yendo al grano,  he conocido cómo algunos vecinos de mi aldea, unos andaluces y otros castellanos, están empadronados en alguna de estas aldeas del Municipio de Santiago y puesto a averiguar el por qué no me resultó difícil llegar a la conclusión de que en estos lugares se cobra el PER y en mi aldea no. La diferencia entre los pobladores de unas y de la otra es tan insignificante que se podrían cambiar los unos por los otros sin que sufriera variación alguna su sistema de vida, agricultura de subsistencia con unos pocos bancales y bastantes olivos; eso sí los que fueran de Góntar tendrían el maná del PER mientras que los que vinieran de Miller lo perderían, y eso que la Sierra del Segura albaceteña está considerada como zona deprimida, tan deprimida que no hay facultativo ni político que la saque de la depresión.

En primer plano Góntar, al fondo Miller
 ¿Por qué, me pregunto con frecuencia, los de este lado tienen que ganarse el pan con el sudor de su frente y los de allí enfrente se lo ganan con el sudor de la frente de los de aquí?. Esa es la Andalucía profunda, la de la subvención, la de la pereza, la de buscar en la picaresca el medio de salir adelante, pese a quién pese y a costa de quién sea. Los exiguos catastros de rústica y la ausencia de anotaciones registrales invitan al fraude en el sentido de que las herencias, sobre todo de olivos, pasan de hecho de padres a hijos sin variar la titularidad, lo que permite que muchos agricultores con importante presencia en el olivar justifiquen los jornales en sus propias fincas o en la de los vecinos y pasen el año cobrando el PER y atendiendo lo suyo. Nadie quiere tener nada a su nombre; nadie quiere figurar en nómina de nada; casi todo el mundo está en el régimen agrario ya sean albañiles o camareros, porque ello les permite justificar los mínimos jornales en el campo y hacer compatible el PER con sus dedicaciones habituales.


Es la Andalucía que no emigró en los años sesenta y setenta a las zonas industriales de Levante y Cataluña y  prefirió vivir apegada al terruño hasta que el dios Felipe les otorgó el maná diario del PER que acabó con las penurias. Es la Andalucía que no fue capaz de crear riqueza con los miles de millones que vinieron de Europa para sus campos y sus infraestructuras; solo creó nuevos ricos. Es la Andalucía que a pesar de las ayudas siguió manteniendo los mayores índices de paro y los peores niveles educativos. Es la Andalucía que ha estado gobernada por el socialismo desde hace cuarenta años, donde el socialismo descubre su verdadera cara, su idea de sociedad dependiente, su paternalismo y su caciquismo ancestral.

Cuarenta años gobernando y echan las culpas a los demás
 Ya comenté en clave de humor la promesa de Moreno Bonilla de crear seiscientos mil puestos de trabajo en la legislatura. Me dio la sensación de que Moreno Bonilla a pesar de haber nacido en la tierra de “María Santisma” no  parecía de allí. Prometer trabajo lo hacen todos los Partidos en lid pero los andaluces saben que si la promesa viene de Susana Díaz no hay peligro porque todo se queda en el alboroto y algarabía mitinera. Lo peligroso es cuando lo dice el PP, que siempre hay alguna posibilidad de que sea cierto. Por Dios, seiscientos mil puestos de trabajo, y encima será legal y habrá que estar fichado, ¡qué horror!.


Pecaría si hiciera tabla rasa al hablar de los andaluces. Andalucía es una y trina, como Dios. Hay una Andalucía sureña rica, industrial y turística, donde no es difícil encontrar una actividad cuando se busca. Hay otra Andalucía señorita, terrateniente, explotadora, que ordeña su tierra e invierte en Madrid y crea en torno a ella la servidumbre de  ejércitos de jornaleros, lameculos y oportunistas. La otra Andalucia, la del Sureste, la desértica, que ha sido capaz de sacar de una gota de agua comprada la hortaliza que consume media Europa y en la que curiosamente la presencia de jornaleros autóctonos es infinitamente menor que la de   foráneos. El Andalucía hay gente que trabaja mucho, que es vividora, emprendedora, legal; el problema es que son minoría. Yo tuve la mala suerte de ir a vivir a un pueblo del cinturón de Sevilla donde los propietarios de naranjales dormían en ellos, escopeta en mano y aún así a la puesta del sol salían en bandada multitud de “Riejus” con la caja vacía que al rato volvía llena. A la mañana siguiente en cualquier esquina de Sevilla se oía la misma cantilena: “Naranjas de Andalucía, se roban de noche, se venden de día”.

Susanita es más de los mismo, charlatanería y demagogia

El socialismo andaluz no quiere riqueza, no quiere una clase media potente que piense por sí misma, no quiere una ciudadanía que se le escape de las manos, tienen que mantener los índices de paro y pobreza porque así pueden repartir el maná diario, no pueden formar a sus obreros ni educar a sus escolares porque corren el riesgo de que dejen de ver Canal Sur, el alminar desde donde los almuecines  les convocan al rezo que dirigen desde san Telmo.


El PER y el pez son los dos grandes males de los andaluces. El PER porque les anula el estímulo para  prosperar en la vida; el pez porque el socialismo andaluz aplica sin el menor sonrojo el proverbio chino que dice: “Da un pez a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y comerá todos los días”. Los andaluces, mientras estén gobernados por la izquierda tendrán PER y pez a diario pero jamás aprenderán a pescar.