sábado, 30 de junio de 2012

"6 Flores", Junio 2012, Carta del Director

MEMORIA HISTÓRICA

El Pozo Viejo y la fragua de Román


Si en algo nos parecemos los sisanteños a los negros africanos o a las tribus de la selva amazónica es en que nuestra historia la trasmitimos verbalmente, de padres a hijos, de abuelos a nietos. Ellos lo hacen así porque no conocen otra forma, en cambio nosotros lo hacemos así porque sabiendo escribir no lo escribimos y si lo hacemos luego lo quemamos.


Tenemos un poblado de la época del megalítico a la subida de Las Torcas que ningún arqueólogo se ha dignado visitar a pesar de las invitaciones cursadas. Descubierto con mi ayuda por el arqueólogo americano John S. Kopper, de la Long Island University y Guillermo Rosselló-Bordoy, del Museo de Mallorca, solamente aparece en una publicación de la universidad neoyorquina titulada “Megalithic Quarrying Techniques and Limestone Technology in Eastern Spain” del año 1972.


De los restos iberos o romanos de Las Posturas o de las lápidas aparecidas en la esquina de la villa nada se sabe excepto que se enviaron al museo de Cuenca y nunca más se supo de ellos. Poco sabemos también de la refundación de Sisante cuando estas tierras pasaron a pertenecer a los Ruiz de Alarcón. Poco o nada sobre la construcción de la actual iglesia, encima de otra anterior, ni de las ermitas existentes o desaparecidas.


Los siglos XVIII y XIX, los de más esplendor de la historia sisanteña, son también unos desconocidos. Se sabe de alguna escaramuza con los franceses y de algún castigo a sisanteños no simpatizantes con “Pepe Botella”. El movimiento liberal que dio lugar a la primera república, tuvo en Sisante personajes destacados cuya memoria fue silenciada por la burguesía dominante, de la que procedían. El Rollo, situado al final de la calle mayor y signo de distinción de una Villa con derecho a horca y picota fue el tributo a pagar por la revuelta.


La guerra carlista trajo como consecuencia la quema de libros y documentos municipales, lo cual volvió a repetirse al final de la última guerra civil pero esta vez añadiendo imágenes y retablos de la iglesia y ermitas. Órgano, campanas y rejería destrozados y fundidos.


La posguerra no fue más considerada con el arte y la historia sisanteños y en ella perecieron ermita y sacristía, retablos y artesonados del S. XVII y frescos del S. XVIII, sin olvidar la memoria de nuestros muertos cuyas lápidas colocadas a lo largo de dos siglos y medio yacen destrozadas boca abajo en el atrio de la iglesia. Se destruyó el antiguo Hospital del Siglo XVIII para convertirlo en un mamotreto inservible apenas utilizado y más recientemente una de las dos chimeneas alcoholeras de la concesión real para producir alcohol de la que disfrutaba un sisanteño y a la vez testigos de la floreciente industria de ese siglo glorioso en que llegó a haber un taller de construcción de órganos y otro de fundición de campanas en la calle de la Fábrica, de los que poco o nada se sabe.


El Siglo XXI no escapa al afán destructor y si un cura convierte en una jaula la capilla del Rosario, lo más espectacular de la iglesia sisanteña, una monja destruye un antiguo torno conventual en la sacristía del convento y una gran ventana con soberbia rejería de hace tres siglos junto al altar del templo.


Tenemos calles con nombres propios de los que no sabemos nada, antiguas cofradías de las que alguna sobrevive que no conservan un documento de más allá de medio siglo. Restos de ermita, esparcidos por el suelo los que aún perduran. Edificaciones hechas por los sisanteños en plena contienda civil, llenas de escombros y destrozadas Es de agradecer que al menos el archivo de la iglesia conserve una buena parte del mismo, aunque no hace muchos años estuviera a punto de sucumbir bajo las goteras y ante la desidia de un cura que entre otras cosas, se empeño en destruir el antiguo osario. Ah, y también es de agradecer que siga en pie el “panzudo” molino de viento que, aunque jamás llego a tener maquinaria, al menos se mantiene en pie y techado.


Somos un pueblo que parece arrepentirse de su pasado. Hemos ido destruyendo las fuentes de nuestra historia, dejando todo en el olvido. Hemos actuado con una pasividad pasmosa frente a acontecimientos de capital importancia. Somos capaces de matarnos por una causa y al poco haberla olvidado. Cuentan que una sisanteña arriesgó su vida por defender al Nazareno frente a los suyos. Al poco, otro sisanteño se dispuso a afeitarlo y le destrozó la cara. El gesto de la primera no fue reconocido ni considerado, el del segundo, prontamente olvidado.


Hay pueblos con una pléyade de investigadores que rebuscan en lo más recóndito de los archivos las peripecias de sus antepasados. En Sisante, si hay alguno lo que encuentra lo retiene salvo contadas excepciones. Los foros de la red, unos medios tan maravillosamente útiles para comunicarnos en la distancia, en donde todo el mundo podría aportar su conocimiento y experiencia, solo sirven, amparados en el anonimato, para levantar calumnias, insultar y tirar por tierra el honor de muchas personas.


En “6 Flores” siempre se ha visto este asunto con preocupación y en el contenido de los treinta números publicados hemos intentado incluir temas puntuales y documentación de nuestra historia en los tres últimos siglos. Seguiremos haciéndolo al tiempo que invitamos a quienes sientan la inquietud de conocer sus orígenes y averigüen o investiguen datos de nuestra historia y ponemos a su disposición este medio para que su trabajo pueda redundar en beneficio de todos los sisanteños.


LA “GLORIOSA” Y EL PUEBLO SISANTEÑO

Emblema de la aviación republicana

 



Al hilo de lo anterior, en las páginas centrales de este número y en los siguientes vamos a insertar una separata coleccionable dedicada a recordar los difíciles años de la contienda civil y las fructíferas relaciones del pueblo sisanteño con “La Gloriosa”, la aviación republicana, que instaló en la Hoya un aeródromo por el que pasaron algunas de las figuras más famosas de la aviación española y de la rusa. La vida sisanteña cambió por completo una vez instalada esta base aérea. Cientos de efectivos, pilotos, mecánicos, observadores, armeros y tropa de servicio, ocuparon edificios públicos y algunas viviendas. Convivieron con el pueblo y dejaron un profundo recuerdo, testigo del cual son las flores que cada año son colocadas en la tumba del soldado Florentino Miguel Sánchez que falleció a consecuencia de la explosión de una bomba el 30 de Mayo de 1937.


Quizás sea esta la primera vez que se publica algo sobre la guerra civil en Sisante. Creemos que ya ha pasado tiempo suficiente, tres cuartos de siglo, como para poder abordar el asunto con la suficiente lejanía y frialdad pero aún así no vamos a entrar en los acontecimientos más escabrosos, muy puntuales pero terribles, que todavía permanecen en la memoria de testigos directos de un lado y de otro y que todos desean olvidar. La vieja tradición española de pelearnos unos contra otros defendiendo la mayor de las veces causas ajenas llevaba tras de sí otra tradición, la de los ajustes de cuentas motivados por mil razones. Todos los bandos contendientes dejaron soldados muertos en el campo de batalla. Cada familia lloró a los suyos y para todos la culpable fue la guerra. No ocurrió lo mismo en aquellos casos en los que el odio y la venganza dieron lugar a episodios de triste recuerdo.


Vamos a recrear aspectos de la vida sisanteña de aquellos años obviando los primeros dolorosos momentos. Contamos con testimonios de personas que vivieron aquella experiencia, alguno ya fallecido y con documentación que seguiremos completando fuera del pueblo porque aquí, como decía al principio, antes de terminar la guerra se destruyó prácticamente todo lo que pudiera comprometer a quienes en teoría la perdieron.


Sisante estaba dentro de la zona republicana por lo que sus hombres fueron movilizados por el ejército republicano y en él sirvieron con más o menos suerte. El pueblo se iba quedando vacío de hombres cada vez que movilizaban una nueva quinta y fueron los jóvenes soldados del campo de aviación los que acompañaron la soledad de parte de las sisanteñas a lo largo de esos tres duros años. La aviación, el arma menos politizada de cuantas intervinieron en la contienda, desde su instalación en Sisante dio muestras de sensatez y cordura y sus miembros, rusos y españoles, fueron respetuosos con el pueblo, sus habitantes y su patrimonio cultural y religioso. El primer Jefe del campo, el capitán Enrique Pereira, era un culto oficial de la marina que supo llevar por buen camino las relaciones entre militares y población civil. Sus exigencias fueron las propias de un estado de guerra pero se le recuerda como un hombre justo, que puso a cada uno en su sitio sin atender demasiado las consignas políticas. La instalación de la tropa en el convento, la militarización del edificio y el cierre del templo evitó, con alguna desgraciada excepción, la profanación y destrucción que anteriormente habían sufrido el resto de los lugares de culto sisanteños. Los pilotos rusos eran una atracción en un pueblo donde la mayoría de los hombres salían por primera vez para hacer el servicio militar y colaboraron generosamente en ocasiones que fueron requeridos. La llegada de los aviones fue un espectáculo al que acudió el pueblo entero y el hermetismo posterior de la actividad del campo le rodeó de un halo de misterio que un sector de la población no acababa de comprender. Fue una época de sobresaltos, miedo, temor pero también de anécdotas graciosas, relaciones amorosas, negocios y convivencia. Mi abuelo Juan les reparaba el calzado, mi vecino José les vendía la leche y mi pariente Quintín les hacía trajes y así muchos trabajadores y artesanos del pueblo. Todos cobraban por ello lo estipulado y suerte tuvieron los que lo gastaron porque al final de la guerra lo ahorrado no sirvió para nada.


En señal de recuerdo y agradecimiento a ”La Gloriosa” el Excmo. Ayuntamiento contempla el proyecto de un monumento recordatorio de ese periodo histórico para lo cual ha solicitado del Teniente General Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), la cesión en depósito de uno de los aviones Mirage F.1 del Ala 14 de la Base Aérea de Los llanos, de la que dependió el aeródromo sisanteño, para ser colocado en un monolito donde se encontraba la entrada del antiguo campo de aviación. Desde estas páginas agradecemos la idea y confiamos en que llegue a realizarse, al tiempo que invitamos a nuestros paisanos a conservar los restos que quedan de edificaciones y refugios como testigos vivos de la reciente historia sisanteña.

(Carta del Director. "6 Flores", Revista sisanteña y de la Grajuela. Nº 31, Junio 2012)

miércoles, 27 de junio de 2012

Política y función pública



Para el Estatuto Básico del Empleado Público, son funcionarios de carrera quienes, en virtud de nombramiento legal, están vinculados a una Administración Pública por una relación estatutaria regulada por el Derecho Administrativo para el desempeño de servicios profesionales retribuidos de carácter permanente. A lo largo de los años se ha satirizado constantemente con la figura del funcionario con manguito en la oficina siniestra, con los pies sobre la mesa y en periódico en ristre. Sin que esta imagen represente la realidad actual, parte de razón pudo llevar en su momento.

El régimen anterior se dotó de una administración altamente politizada en los primeros tiempos que evolucionó hacia otra con más profesionalidad mediante la oposición libre y el concurso-oposición, no sin el juramento obligatorio de adhesión al régimen. El primer gobierno socialista del nuevo régimen desmontó la estructura administrativa anterior arrinconando la carrera administrativa y primando la designación directa para cargos incluso de niveles ínfimos, no fomentando la competencia entre funcionarios sino la competencia por la militancia y el enchufismo. La politización de la Administración se ha dejado notar más en la autonómica, con Comunidades como Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha donde la ausencia de alternancia en el poder ha propiciado el clientelismo.

La figura del funcionario en la sociedad actual no es bien entendida por el mundo laboral y profesional sometido como nunca a la presión, inseguridad, movilidad y competencia de la nueva sociedad productiva. No acaba de entenderse la relación permanente y sin evaluación continuada del funcionario con la Administración. Menos se entiende la inamovilidad del funcionario, que solamente puede ser amonestado y como mucho suspendido pero impide que pueda ser despedido. A esto achacan el elevado absentismo, falta de estímulo y escasa productividad. Bien es cierto que la imagen que el ciudadano tiene del funcionario se corresponde en mayor parte con el que realiza funciones burocráticas en dependencias públicas, aunque éstos supongan solamente el 22% del colectivo. La gente no asocia la imagen de funcionario con el médico, la enfermera, el policía, el maestro, el profesor universitario, el militar o el juez, cuando son estos colectivos los que completan el 78% del personal funcionario.

Tampoco es fácil de entender el aumento exagerado del colectivo funcionarial, nada menos que un 28% en los últimos diez años, hasta sobrepasar los tres millones y llegar al 22% de la población productiva española. Superada esta media por Extremadura con el 28,9%, Castilla la Mancha con el 24,5% y Andalucía en el 23%, en donde la administración no crece en función de la necesidad de prestar un servicio determinado, sino de acomodar al político cesante o de premiar servicios prestados a la causa. El episodio que describo a continuación es muy conocido en Comunidades Autónomas y en Ayuntamientos:

El político cesante pregunta aquello de ¿Qué hay de lo mío? Y a continuación se pone en marcha el aparato para crearle “el puesto” para el que posteriormente se piensa en “una función” y se remata adjudicándole “una dotación”, presupuestaria y de personal en función de su importancia. El beneficiado, que desconfía de los funcionarios porque los sabe independientes y no sometidos a sus criterios políticos, acaba arrinconándolos y en su lugar nombra secretarios particulares y asesores varios, es decir, comisarios políticos, serviles y correveidiles. Pasado un tiempo, se convoca un concurso oposición restringido, en el que se valora la permanencia en “el puesto” por encima de la antigüedad y el expediente académico, con lo cual el beneficiado, sin competencia alguna, adquiere la condición de funcionario. La fidelidad ha sido recompensada.

La estrategia de mantener interinos y no sacar las plazas a concurso o no convocar oposiciones, es también muy utilizada para dotarse de un personal agradecido y fiel; todo en perjuicio de la verdadera administración independiente. Pero no son solo “Las 3 Marías” las que utilizan este sistema. En la Administración autonómica y en la local es práctica habitual con independencia del gobierno de turno y si éste es de signo nacionalista, ya sin comentarios.

Con los sueldos de los funcionarios la gente también está confundida. Los diputados, senadores, altos cargos, asesores, asistentes y porteadores del botijo se comen la mayor parte del pastel retributivo. El funcionario que te coge el papel en la ventanilla apenas llega a mileurista o ligeramente lo supera y encima es éste el que sufre las broncas, los desprecios, las críticas y las malas formas. Ah, y que no sea objeto de una reclamación o queja que salpique al político porque además arriesga su futuro. La sociedad está equivocada con la administración pública. No se ve al funcionario que cumple con su tarea diariamente y en el anonimato; lo que se ve de la administración son los políticos, altos cargos, liberados sindicales, asesores, tiralevitas y demás gente del trinque y la buena vida. Ellos son la manzana podrida de la administración.

En fin, que esto da para mucho, si alguna vez tengo tiempo escribiré un tratado sobre las buenas y malas prácticas administrativas; ahora de momento y como funcionario que soy, lo que quiero es que alguien limpie, ponga orden y restituya al funcionariado en el lugar que merece.  
                El Pueblo de Albacete 24/06/2














domingo, 17 de junio de 2012

Dos modelos de banca (II)


Comentaba en mi artículo anterior cómo los bancos supieron aprovechar la corriente de fusiones que se venían venir desde EEUU y Europa en la década de los noventa. Para muchos de ellos era un problema de subsistencia. Las familias bancarias, temiendo los efectos de OPAS hostiles provenientes del exterior, decidieron con buen criterio ir apañando fusiones de conveniencia, para las entidades y para sus directivos. Los siete grandes dieron lugar a dos con tamaño suficiente para poder competir en el nuevo mapa bancario internacional.

Mientras tanto, el oasis de paz de las Cajas iba por otros derroteros. Ya durante el régimen anterior las antiguas Cajas de Ahorro y Monte de Piedad sucumbieron al poder político y las de nueva creación, provinciales, comarcales e incluso locales nacieron al amparo del régimen que utilizó la red nacional de oficinas sindicales agrarias para entresacar de ellas a los nuevos directivos y gestores. El Estatuto para las Cajas Generales de Ahorro Popular de 1933 se mantuvo tal cual y en 1947 el Ministro Girón de Velasco consiguió controlar las Cajas desde el Ministerio de Trabajo hasta que diez años después, el 26 de julio de 1957, el Ministerio de Hacienda consiguió el control de las mismas. La obligatoriedad de inversión pública de las Cajas quedó reflejada en el Decreto de Inversión en Fondos Públicos de 1951, por el que se creaba el “coeficiente de inversión obligatoria”, cuna que fue de las desmadradas inversiones en el sector público.

 

Ya en el nuevo régimen, un enjambre de políticos ansiosos de dinero y poder vino a sustituir a los anteriores gestores, que no se fueron descalzos y dio comienzo el reparto del pastel en partes proporcionales a los poderes conseguidos en las urnas. Aquí no hubo buenos ni malos. Todos participaron del negocio, cada uno en lo que pudo. Establecieron exageradas redes de oficinas. Cada pueblo, cada aldea, cada esquina, dando lugar a un desmesurado crecimiento del personal y por consiguiente y sobre todo, del aparato directivo. Los gastos de personal se subieron a las nubes. Un simple cajero cobraba tanto como un director de sucursal en la banca y no digamos de los cargos medios y altos, esos ya se salían de parva. A esto había que añadir clubs privados, complejos veraniegos, competiciones deportivas a nivel nacional hasta para jugar a la taba y un sinfín de gabelas que fueron creando un sector privilegiado de la clase media con aires de grandeza, a la que se accedía por lazos familiares o políticos, dando lugar a una estructura laboral endogámica de hijos, nietos, primos o sobrinos.

 

Del negocio, que decir; al no tener que dar cuenta a nadie de los resultados anuales salvo una memoria al Banco de España, archivada antes que recibida, la inversión en proyectos de carácter político y en el “ladrillo” han sido definitivos para la ruina de CCM, CAM o Bancaja. Solo dos entidades, La Caixa y Caja Madrid, escaparon a tiempo de la inercia inmovilista de los componentes de la CECA. A la vista de los movimientos de fusión en la banca, extendieron sus redes por toda España y comenzaron a anteponer los criterios profesionales y la ortodoxia bancaria a los vaivenes de los políticos de turno aunque sin desligarse de ellos. Formaron a su personal en técnicas de gestión y de venta, establecieron criterios de competitividad incentivando la producción a través de la objetivación. No abusaron de la inversión en la construcción y controlaron mejor la que hicieron. Se convirtieron, en definitiva, en serios competidores de la banca utilizando parecidas armas pero sin el hándicap de tener que presentar cuenta de resultados a los accionistas. La suerte de ambas ha sido muy diferente. La Caixa ha sorteado mejor las presiones políticas del anterior Gobierno y del cesado gobernador del Banco de España mientras Caja Madrid sucumbió a los intereses políticos de ambos y al engaño y tuvo que cargar con una enferma muy enferma, Bancaja, y otras incubando la enfermedad como Caja I. de Canarias, Caja Layetana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia.
El resto han ido cayendo una tras otra. De las 45 del año 2009 apenas si queda una docena y en qué estado. Cada fusión ha dejado en la cuneta a decenas de directivos que se han ido de rositas y además forrados hasta el cuello. La falta de legislación sobre el asunto va a hacer muy difícil sentar en el banquillo a directivos como Hernández Moltó y otros muchos, mientras tanto España se endeuda hasta los ojos para salvar lo que por méritos propios debería haber ido a la quiebra. Las entidades nacionalizadas o intervenidas que ya se han vendido, CCM, CAM, Caja Sur y UNNIM, han costado al Estado, es decir a nosotros, la friolera de 13.200 millones de euros, que no vamos a volver a ver. A esto hay que añadir los 45.000 millones necesarios para Bankia y sus acompañantes. Ya se oyen voces que hablan de quiebras ordenadas de alguna de estas entidades, cuyos directivos y el entorno de los mismos se han enriquecido descaradamente. Los españoles nunca entenderemos cómo las Cajas de Ahorro, en manos de políticos y oportunistas, han sido pieza fundamental en la ruina de este país y encima tenemos que pagar por sanearlas y evitar su quiebra mientras los políticos y los gestores se lo llevan crudo y las carcajadas se oyen desde los yates en medio del Mediterráneo.
                              El Pueblo de Albacete 16/06/2012

domingo, 10 de junio de 2012

Dos modelos de banca española


Estamos asistiendo al nacimiento de una corriente de opinión, más asentada entre la gente menos informada y fomentada no sé por quién, cuyo objetivo es demonizar a la banca y cargar sobre ella todos los males de la crisis que padecemos. Las malas prácticas bancarias, las intervenciones y el saneamiento de las cajas con fondos públicos ha calado en la gente y en cualquier entrevista a pie de calle son muy pocos los que comprenden algo de lo que pasa y una gran mayoría los que claman contra los bancos o contra la Merkel o contra lo que sea, sin más razonamiento.

Me molesta de esta corriente de opinión que pretenda tratar a todos por igual y meta a todas las entidades bancarias en el mismo saco. Voy a hacer un breve recorrido por la historia de la banca en los últimos cincuenta años, en plan didáctico porque mucha de la gente que ahora protesta no sabe por qué ni contra quién.

La estructura de la banca desde la década de los sesenta del pasado siglo estaba compuesta por cuatro grupos muy distintos. Por una parte los bancos tradicionales, los siete grandes, Central, Hispano Americano, Español de Crédito (Banesto), Santander, Bilbao, Vizcaya y Popular. En paralelo la banca pública con Banco Exterior, Hipotecario, Crédito Agrícola, Crédito Industrial, Crédito Local y Caja Postal, refundidos todos en un nuevo banco público, Argentaria, a principio de la década de los noventa. Un tercer grupo estaba formado por las Cajas de Ahorro, algunas de las cuales venían ya desde mediados del S. XIX pero la mayoría creadas a partir del Estatuto de Cajas Generales de Ahorro Popular de 1939 llegando a 45 entidades en el año 2009. Desde el año 1947 en el que las Cajas pasaron a ser controladas por el Mº de Trabajo, se convirtieron en un medio de captación del ahorro popular para ser utilizado por el régimen en la financiación de proyectos públicos (coeficiente de inversión obligatoria de 1951). El cuarto grupo, muy extendido pero de menor importancia lo constituían las Cajas Rurales, que nacieron como cooperativas de crédito en el entorno agrícola cooperativo y que se agruparon posteriormente en la Asociación Española de Cajas Rurales, que integra a 73 entidades.

Ya en el nuevo régimen los Bancos y las Cajas siguieron por derroteros muy diferentes. Los siete grandes habían establecido un oligopolio basado en un pacto entre caballeros, con unas prácticas comunes y una división territorial y de negocios inamovible. Alfonso Escámez, Claudio Boada (después Amusátegui), Pablo Garnica (luego Mario Conde), Emilio Botín (luego Emilio Botín hijo), Sánchez Asiaín, Pedro de Toledo y Luis Valls, Presidentes de los citados bancos, celebraban mensualmente una comida en la sede del Banco Central en la que establecían las normas y usos por las que se regía la actividad bancaria. Fue Emilio Botín, el actual Presidente del Santander, el que acabó con esta estructura arcaica rompiendo el mercado con el lanzamiento de la “Supercuenta”, que dio pie a la guerra por remunerar los depósitos que hasta el momento apenas lo estaban. Los siete grandes hacían un tipo de banca industrial, comercial y de grandes fortunas. La banca minorista fue exclusiva de las Cajas hasta que el Banco Santander optó por incluirla en su negocio. A partir de entonces comenzó a resquebrajarse el grupo, era la década de los noventa y un movimiento de fusiones bancarias se extendía por Europa y EEUU. En España la banca reaccionó a tiempo y consiguió mediante las fusiones posteriores no solo permanecer como banca propiamente española sino en algunos casos ascender a los primeros puestos de la banca mundial como el Santander, 7º Banco mayor del mundo y único europeo entre los diez primeros. Dio comienzo el proceso con la unión de Bilbao y Vizcaya (BBV), seguidos de cerca por el Central e Hispano Americano (CH) y Argentaria que fusiona toda la banca pública. En un segundo proceso, el Santander compra Banesto, que sigue funcionando independiente y se une con Central Hispano (SCH), cambiando posteriormente el nombre por Santander. El Banco Bilbao Vizcaya (BBV) compra Argentaria creando el BBVA, nombre que todavía se mantiene. Aquellos siete grandes se convirtieron en tres, Santander, BBVA y Popular (que ha comprado el B. Pastor), primero, segundo y quinto del ránking español respectivamente y hay que reconocer la importancia que tuvieron estos movimientos para el sistema bancario español que, fue capaz de conseguir tamaño suficiente para “poder comer sin ser comido”, seguir siendo bancos españoles y crecer en el mercado minorista a pesar de la desleal y dura competencia de las Cajas. La visión de futuro de los banqueros españoles que desembocó en un proceso de fusiones sin perjudicar a la plantilla de empleados y sin coste alguno para la sociedad española, salvo las ayudas de estímulo del Gobierno, son para poner como ejemplo de buen hacer frente al desmadre, escándalo y ruina de la fusión, intervención y nacionalización de las Cajas que, éstas sí son en gran parte las responsables de la crisis que nos arruina. De éstas trataré la próxima semana porque hoy ya no me queda espacio; de los dos sacos, el de los Bancos y el de las Cajas, convertidas ahora en ruinosos “bancos light”.
       El Pueblo de Albacete, Domingo 3 de Junio de 2012






domingo, 3 de junio de 2012

LA CONFESIÓN



El personaje se arrodilla ante el confesionario y con una voz que apenas le sale, dice: Buenas tardes padre. El cura reacciona, ¿buenas tardes?, esa no es la forma de… ¡pero bueno, no puedo creerlo! ¿Eres tú, Alfredo?. -Sí, padre, soy yo, Alfredo y quiero confesarme. -¿Confesarte tú? Pero si no te he vuelto a ver desde la primera comunión. -Bueno padre, es que la vida… pero yo he venido a confesarme, de verdad. -¿Qué es lo que pretendes Alfredo, qué tramas? ¿Vienes tú solo o tienes un ejército de periodistas en la puerta?. -No padre, no traigo a nadie, vengo yo solo y quiero que la Iglesia me perdone. -¿Que te perdone, por qué?. -Padre, porque yo… yo no quería pero las malas compañías … en fin que he tenido que pedir que la Iglesia pague el IBI, ya sabe, Llamazares, Cayo Lara, Griñán, el de Marinaleda, ellos son los que me han obligado y yo …. . -¿Pero quieres que la Iglesia te perdone solo por eso? ¿Y todo lo demás, que?. -¿Y todo lo demás, a qué se refiere, padre?. -Vamos a ver, Alfredo, desde que te di la primera comunión vestido de aviador o de marinero, no recuerdo ya, no has hecho otra cosa que pecar. ¿Dónde está el Alfredito que se levantaba a las siete de la mañana para ayudar de monaguillo en el Convento de Carmelitas Descalzas de El Escorial? Recuerda Alfredo, cuando en el año 1974 ingresaste en aquel PSOE donde se gritaba “los curas al paredón” o “si los curas se casaran, el aborto sería un sacramento”. ¿Lo recuerdas, Alfredo?. -Bueno, padre, pero entonces era joven y ya se sabe…uno se deja llevar, se enamora, en fin … . -Sí, sí, y además hiciste una carrera brillante que no llegaste a disfrutar porque lo tuyo era medrar, conspirar, perseguir, chivatear y traicionar, todo muy lejos de las pócimas del laboratorio. ¡Ay Alfredo!, ¿quién reconoce en ti al hijo de aquel hombre de bien que sirvió a España y al Generalísimo tan fielmente?.- ¡Ea! padre, uno tiene que tener su propia forma de pensar.- Si hijo mío, si pero es que fuiste a más. Después de dejar tirados en la cuneta a muchos compañeros, Felipe te hizo Ministro de Educación ¿y qué hiciste?, juntarte con ese rojo de Álvaro Marchesi que soñaba con instalar en España la momia de Lenin y entre los dos hacer la peor ley de educación que se ha conocido en España. -No padre, esa ley hacía iguales a todos los españoles y era la revolución social y cultural que España necesitaba.- No hijo, no, era la revolución cultural de Mao a la española y ahí están los resultados, los torpes no han mejorado, los listos han empeorado y todos se han vuelto unos vagos. Claro, tampoco te arrepentirás de las lágrimas de cocodrilo que echabas cuando se acompañaba a Barrionuevo hasta la puerta de la cárcel y mucho menos de aquel pacto de estado contra el terrorismo del 12 de Diciembre del 2000, que dejasteis de cumplir al día siguiente. Tú sabrás cual fue tu parte en el chivatazo a ETA del bar Faisán el 4 de Mayo de 2010. -Bueno padre, es que lo del IBI… . -Vamos a ver Alfredo, lo del IBI es la gota que colma el vaso y todos sabemos por qué lo has hecho. Cuando tú estabas en el gobierno echasteis para atrás una propuesta de IU sobre el IBI de la Iglesia. Tú sabías que en 1979 se había firmado un concordato con la Iglesia Católica y hacen falta razones muy de peso para denunciar un tratado internacional. Lo sabías entonces y lo sabes ahora. Tu problema es que el ala izquierda de tus votantes se va a IU y les estás haciendo todos los arrumacos posibles para recuperar ese voto perdido. No vengas pidiendo que la Iglesia te perdone por echar la última gota cuando has estado años llenando el charco. El 11 de Marzo de 2004 tú sabrás si manipulaste todo lo que pudiste la información relacionada con el atentado. Decías que los españoles no se merecían un gobierno que les mintiera y curiosamente tú en 2006 entrabas a formar parte del gobierno; tú que has hecho de la mentira oficio, hasta el punto de engañarte a ti mismo. ¿Vienes a pedir perdón cuando has atentado contra la vida humana al consentir que una menor, a la que no permites comprar un cubata o un cigarrillo porque es menor, pueda en cambio matar sin contar ni con los padres el ser humano que lleva en su vientre? No mi querido Alfredo. Si vienes aquí es porque necesitas ayuda. Eras el tuerto en el país de los ciegos pero en tu partido la gente empieza a ver. Cosechaste la mayor derrota electoral de la democracia y en el PSOE, de tejas abajo todo el mundo cuestiona tu liderazgo. Huyes hacia adelante porque te crees superior al resto de los mortales. Tú presumías de saber todo de todos, lo que no sabes es que los demás saben todo sobre ti y están esperando el momento oportuno. Lanzas soflamas anti todo en escenarios radicales al tiempo que recabas certificados de buena conducta para exhibir en los moderados. Alfredo, hijo mío, tú no estás hecho para pedir perdón porque te consideras por encima del bien y del mal. Aquí ya lo tienes todo hecho. Tus males solo tienen remedio en la lejanía; allí encontrarás seguramente quién te escuche y podrás contarles tus batallas, tus mentiras, tus frustraciones. Y lo de confesar, déjalo para el final; Manuel Azaña también lo hizo.
                            "El Pueblo de Albacete, 3 de Junio de 2012"